El Congreso vuelve a las maratónicas sesiones de todos los fines de año. Como muestra basta el plan de labor tentativo para la sesión de hoy en la Cámara baja: incluye 50 proyectos de ley y 450 resoluciones sin disidencias. Sin embargo, la sesión dependerá de la voluntad del oficialismo para reunir el quórum y abrir el debate. La oposición no está dispuesta a facilitarle al kirchnerismo la aprobación de la preferencia para el tratamiento –en la próxima sesión– de las prórrogas de la emergencia económica y del impuesto al cheque, cuyos dictámenes el oficialismo quiere cerrar esta misma semana sin prolongar la discusión. El bloque K ya tomó sus recaudos: el propio presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, afirmó que las sesiones ordinarias se extenderán hasta fines de diciembre “para sancionar las leyes que necesita el Ejecutivo”.

Las comisiones legislativas trabajaban ayer a pleno para sacar los proyectos que diputados de todos los bloques impulsaron durante el período parlamentario y no llegaron al recinto. Muchos de ellos están incluidos en el plan de labor tentativo que el oficialismo armó para la sesión de hoy y que, horas antes de su inicio, buscará acordar con el resto de los bloques políticos. Aunque la disputa por las prórrogas de las leyes de emergencia económica y del impuesto al cheque podría hacer fracasar la sesión.

El bloque K apura ambos proyectos enviados por el Gobierno y tenía pensado pedir la preferencia para su tratamiento dentro de una semana. Pero la oposición no está dispuesta a allanarle el camino: no bajará al recinto para facilitarle el quórum e intentará poner en apuros al oficialismo. El kirchnerismo pronosticaba una sesión sin contrapuntos –con decenas de proyectos sin disidencias ni observaciones– y no puso en marcha la maquinaria para asegurar la presencia de todos sus diputados.

La mesa chica del bloque oficialista decidió anoche no sacar el pie del acelerador y buscará hoy mismo reunir las firmas necesarias para rubricar los dictámenes de mayoría en la única reunión prevista para la Comisión de Presupuesto. También resolvió que, si la oposición insiste en no tratar las preferencias, recurrirá a la misma estrategia que utilizó para la aprobación del Presupuesto y el fin de las AFJP: convocar a una sesión especial para tratar las prórrogas impositivas. Una medida que intenta obligar a la oposición a negociar los próximos pasos parlamentarios, pensando en la aprobación de los proyectos que muchos de sus diputados aspiran a convertir en ley.

Para que el tiempo tampoco conspire contra el objetivo que se trazó el kirchnerismo, Fellner confirmó que el Congreso extenderá sus sesiones ordinarias hasta fin de año. “Debemos sancionar una serie de leyes que necesita el Gobierno, entre las que se encuentran la prórroga de la emergencia económica y diversos impuestos que hacen a la sustentabilidad financiera del Estado en medio de la situación internacional”, dijo.

Pero ése no será el único escollo que deberá atravesar el oficialismo en el tramo final del año parlamentario. Ayer, la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente, que preside el aliado K Miguel Bonasso, volvió a la carga con la Ley de Presupuestos Mínimos para la Protección de los Glaciares y Ambiente Periglacial, que vetó la Presidenta. Sin la anuencia del kirchnerismo –que había votado la ley–, Bonasso propuso que el proyecto vuelva a tratarse sobre tablas hoy. Una propuesta que recibió el apoyo de las principales bancadas opositoras y de aliados del oficialismo –además del respaldo de las organizaciones ecologistas Greenpeace, Vida Silvestre, Conciencia Solidaria y Amigos de la Tierra–. Para que la ley sea ratificada ahora se necesitarán los dos tercios de los diputados y la misma cantidad de senadores.