Los jueces del Tribunal Oral Federal 1 de Córdoba y las partes que intervienen en el tercer juicio a Luciano Menéndez por crímenes de lesa humanidad completaron ayer una inspección ocular en dos ex sedes del Departamento de Informaciones (D2) de la policía de Córdoba. La primera, sin periodistas, fue en Mariano Moreno y Caseros, donde aún funciona una dependencia policial. La segunda fue en el Pasaje Santa Catalina, pegada al patio de “reflexión y lectura” de la Catedral cordobesa. Allí funcionó un centro clandestino desde antes del golpe de Estado de 1976. El edificio es la actual sede del Archivo Provincial por la Memoria. Del recorrido formó parte el sobreviviente y testigo Manuel Nievas, que describió su paso como secuestrado por el lugar. El tribunal que preside Jaime Díaz Gavier informó que el juicio continuará el martes con el alegato de los abogados de la agrupación Hijos, Martín Fresneda y Claudio Orosz, que representan a Fernando Albareda, hijo de Ricardo Fermín Albareda, un subcomisario y miembro del Partido Revolucionario de los Trabajadores torturado y asesinado en 1979 por miembros del D2. Luego será el turno de los abogados María Elba Martínez y Hugo Vaca Narvaja, en representación de Raúl Morales, sobreviviente del D2, y por último del fiscal federal Carlos Gonella. El martes 1º de diciembre comenzarán a alegar los defensores Marcelo Arrieta, Alejandro Cuestas Garzón, Pedro Leguiza y Carlos Bustamante. La sentencia se dictaría a mediados de diciembre. El segundo juicio por delitos de lesa humanidad en Córdoba tiene seis imputados: el general Menéndez, ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, que va por su tercera condena; el coronel Rodolfo Campos, que por problemas de salud sigue el juicio por videoconferencia; y los policías César Cejas, Calixto Flores, Hugo Britos y Miguel Angel Gómez.