“No soy el gobernador de un partido y mucho menos de una facción partidaria”, lanzó ayer el gobernador electo de Corrientes, Ricardo Colombi, luego de finalizar en el despacho de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner su ronda de encuentros con funcionarios nacionales. Colombi ratificó, además, en un comunicado oficial su intención de trabajar con al gobierno nacional. Le envió así un duro mensaje a la conducción del radicalismo, encabezada por el jujeño Gerardo Morales, que había amenazado con expulsarlo del partido si no se “rectificaba” de sus dichos.

Lejos de ser conciliador, el gobernador electo de Corrientes no se desdijo y expresó que con su paso por casi todos los ministerios nacionales está cumpliendo con su compromiso de “reconstruir una relación muy activa y constructiva con el Estado nacional”. “Mi responsabilidad es representar a todos y hacer una política para todos. Cualquier otra consideración de tipo ideológico o de posiciones personales es claramente secundaria”, afirmó.

Colombi ingresó en el despacho de Cristina Fernández de Kirchner poco después de las 19. Su encuentro con la Presidenta fue el último de una serie que incluyó primero al ex presidente Néstor Kirchner y luego al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, los ministros Amado Boudou (Economía), Florencia Randazzo (Interior), Julio De Vido (Planificación), Alicia Kirchner (Desarrollo Social), Julio Alak (Justicia) y Julián Domínguez (Agricultura).

Con todos ellos conversó sobre las necesidades económicas y sociales de la provincia. Según aseguran en su entorno, con los recursos que hay en las arcas provinciales apenas si llegan a pagar el aguinaldo y los sueldos del próximo mes. “Estamos hablando de cuestiones financieras, de obras públicas y programas que abarcan las áreas de seguridad, educación, producción e infraestructura, además de los principales programas sociales”, precisó el comunicado del gobernador radical electo y anticipó que para que Corrientes salga adelante todos deberán “poner el hombro, sin distinción de partidos políticos”.

Ayer el jefe de Gabinete fue uno de los que salieron a defender la actitud de Colombi. Consideró que “es mucho más crítica la actitud del vicepresidente” Julio Cobos. “Fue el primero que cometió una acción de esas características y arma un sector, por lo menos, del radicalismo para enfrentar a la Presidenta, hace campaña contra la Presidenta, arma listas en distintas provincias contra la Presidenta, y vino en la lista con la Presidenta de la Nación”, remarcó.

Desde Mendoza, Cobos se mostró comprensivo y evitó cuestionar la postura adoptada por Colombi. Dijo que será el Tribunal de Etica del radicalismo el que evalúe las medidas disciplinarias que correspondan. De todas maneras, aclaró que las autoridades de la UCR “están esperanzadas en que haga una rectificación”.

Morales no repitió ayer su amenaza de expulsión y bajó un poco el tono de sus cuestionamientos focalizando sus críticas en el kirchnerismo. Aunque insistió en que Colombi “integra un partido político, no un club, con reglas de funcionamiento y respeto por las funciones”, afirmó que es “lamentable que los justicialistas tengan como referente a un mesiánico con una corte de bufones a su alrededor”.

Ante la polémica, un grupo de intendentes radicales de la provincia de Corrientes manifestó su apoyo al gobernador electo. “Los intendentes radicales de Corrientes expresamos nuestro más absoluto respaldo al gobernador electo Ricardo Colombi y el acuerdo político institucional con la Nación; en el mismo sentido ratificamos nuestra pertenencia a la Unión Cívica Radical”, señalaron los jefes comunales de la capital correntina, Mercedes y Paso de los Libres, entre otros. El intendente cobista de Neuquén, Martín Farizano, también salió al cruce de Morales. Dijo que está “un poco cansado” de las “actitudes sectarias de quienes dirigen el partido, que amenazan con expulsar o sancionar a quienes no piensan de la misma manera, como sancionaron a Cobos en su momento. Sería bueno –dijo– que admitan el disenso”.