En el Sindicato de Petroleros Privados, Kirchner estuvo acompañado por Scioli, Capitanich y otros gobernadores.

Néstor Kirchner eligió la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia para una de sus contadas visitas por el país. El viaje despertó diversas interpretaciones políticas ya que el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, fue uno de los miembros del Consejo Nacional del PJ que decidieron renunciar en protesta por la posibilidad de que Kirchner reasuma como titular del partido. El contrapunto hacía prever una jornada agitada en la provincia patagónica. Y los pronósticos no tardaron en hacerse realidad. Un local del kirchnerismo en Comodoro Rivadavia, de la línea interna del PJ chubutense que se llama Nuevo Espacio, fue baleado por desconocidos. También se realizó un piquete de afiliados a la Uocra que complicó la llegada del ex presidente. Horas más tarde, en su discurso en el gimnasio de la sede del Sindicato de Petroleros Privados, Kirchner buscó descomprimir el clima: “Me dijo la Presidenta que les diga a compañeros y no compañeros, intendentes y al gobernador, que las puertas de su despacho están abiertas”, dijo.

Kirchner habló ante un auditorio que lo recibió coreando consignas contra Das Neves. “No venimos a traer problemas a los hermanos chubutenses, sean de la idea que sean”, aclaró el santacruceño. Enseguida llamó “a no agredirse, no descalificarse”; luego pidió que se calmara la ansiedad por definir las candidaturas de 2011. “Cuando llegue el tiempo de las elecciones estarán los candidatos. Para que siga creciendo la Argentina, no es momento de disputas menores por candidaturas”, sermoneó. Su pedido de postergar la disputa por espacios electorales era además un intento de aplazar por un tiempo el debate de fondo que está pendiente en el justicialismo. Hace una semana, la mesa ejecutiva del Consejo del PJ rechazó la renuncia de Kirchner a la presidencia del partido. Ayer, Kirchner llegó a Comodoro Rivadavia acompañado por los gobernadores Daniel Scioli (Buenos Aires), Daniel Peralta (Santa Cruz), Jorge Capitanich (Chaco), Luis Beder Herrera (La Rioja) y Sergio Urribarri (Entre Ríos).

La delegación que acompañó a Kirchner se completaba con miembros del gabinete, legisladores provinciales e intendentes del sur del país. Al lado del ex presidente también estuvieron el ministro de Planificación, Julio De Vido; el titular de la Side, Héctor Icazuriaga; el secretario de Obras Públicas, José López, y el subsecretario de Pesca, Norberto Yahuar. Ex jefe de gabinete de Das Neves, Yahuar es un conocido operador político del peronismo chubutense. Desde que se distanció del gobernador, Yahuar se convirtió en el hombre clave del kirchnerismo en Chubut. Fue él quien hizo posible la aparición de Kirchner en Puerto Madryn el 13 de julio, pocos días después de las elecciones legislativas del 28 de junio. Aquella visita relámpago del santacruceño fue leída como un gesto de respaldo a la candidatura a gobernador en 2011 del actual intendente de Madryn, Carlos Eliceche, otro opositor local a Das Neves.

Tras aclarar que no pretendía enfrentar a un sector con otro, Kirchner exhortó a los presentes a “seguir con el debate” como una instancia necesaria para que surjan “ideas superadoras”. “A los que quieren agredir, los que se ponen nerviosos, hablan y hablan, pero cuando llega la hora de la verdad y las ideas a veces se nublan un poco, no tengan problema, sigan con el debate que siempre surgen ideas superadoras”, convocó. Como ya hizo en varios actos recientes, Kirchner dedicó un párrafo de su discurso a la puesta en marcha de la asignación universal por hijo y a los efectos que podría generar en la sociedad. “Los dirigentes tienen que dejar de usar el clientelismo y las necesidades de la gente. No hacer pelear a la gente con la gente. Vamos a seguir trabajando sin descanso para devolver la ilusión y la alegría a los argentinos. Cuando más difícil es, más coraje patagónico hay para dar respuestas a lo que el pueblo necesita”, prometió. Un detalle de la escenografía no pasó inadvertido para los visitantes llegados desde Buenos Aires. El palco del gimnasio estaba decorado con un enorme cartel con la leyenda “Vuelve 2011” y las fotos de Kirchner y CFK. “No tengan dudas –prometió Kirchner a la multitud–, vamos a seguir transformando la Argentina.”