Un viaje a China y una nueva cumbre en Estados Unidos en la que se cruzará con Barack Obama figuran en la agenda internacional que Cristina Kirchner planea llevar adelante durante el primer semestre de 2010. En el año del bicentenario –evento en el viene poniendo especial énfasis–, la intención de la Presidenta es mostrar una política exterior activa y un papel intenso en los foros multilaterales. Uno de los ejes pasará por buscar una más estrecha alianza con los nuevos jugadores internacionales de primer nivel como India y, justamente, China.

Lo de China se viene planeando desde el año pasado pero recién pudo concretarse, viaje del canciller Jorge Taiana mediante, en septiembre pasado. La actividad de Cristina Kirchner se desarrollará entre el 25 y el 27 de enero e incluirá reuniones con el presidente, Hu Jintao, y el primer ministro, Wen Jiabao. La misión apuntará a conseguir nuevos nichos para empresas y productos argentinos, además de desarrollar proyectos conjuntos en áreas como infraestructura, transportes y minería.

El viaje cae justo luego de la Cumbre por el Cambio Climático de Copenhague que terminó de consagrar –por si hiciera falta confirmación– a China como la nueva potencia en condiciones de discutir de tú a tú con Estados Unidos. Por otro lado, Argentina y China vienen manteniendo posiciones afines en foros como el G-20 y la Ronda de Doha de la OMC, donde ambos juegan para el bando de los emergentes pese a las obvias diferencias de sus economías. China capeó exitosamente la crisis mundial apuntando hacia su gigantesco mercado interno; a Argentina también le interesa entrar allí. “Hay interés de ambas partes”, aseguran en Cancillería.

De paso en el largo trayecto de ida a Beijing, la Presidenta quiere hacer una escala para participar de la reasunción de Evo Morales en Bolivia. Evo hará la toma de mando con la tradicional ceremonia india en Tihuanaco y al otro día prestará juramento la Asamblea Legislativa en La Paz. Pero todavía no había quedado establecido si Cristina Kirchner haría a tiempo para la escala y llegar a China para las entrevistas, en el complicado periplo a bordo del Tango 01 que obliga a paradas para cargar combustible cada seis horas de vuelo.

Para la segunda semana de abril está previsto que la Presidenta vuelva a Estados Unidos, respondiendo a una invitación que en su momento le hizo Barack Obama para que participe de una Cumbre sobre Seguridad Nuclear, en Washington. Esta vez, la Presidenta designó como “sherpa” (guía) a la ex vicecanciller radical Elsa Kelly, ya jubilada pero con una amplia experiencia en el tema. Será la oportunidad para Cristina Kirchner de compartir un nuevo ámbito con Obama y verificar personalmente el estado del vínculo bilateral. El paso por Buenos Aires del nuevo funcionario para la región, Arturo Valenzuela, dejó la sensación de que se había vuelto al mal clima que prevaleció durante la gestión Bush. Sin embargo, el Departamento de Estado ensayó luego algún gesto de acercamiento que pareció volver todo a la normalidad.

En el Gobierno podrán obtener más indicios el martes, cuando reciban al diputado demócrata Eliot Engel, presidente del subcomité de América latina en la Cámara baja. Engel suele viajar junto a cada delegación de congresistas que visita la región y tiene muchos amigos por estas pampas. Pero tampoco son de esquivar los temas conflictivos cuando toca como cuando semanas atrás criticó a Lula por recibir al iraní Mahmud Ahmadinejad. Engel se verá el martes al mediodía con el canciller Taiana. Si las señales son las esperadas, entonces luego lo atenderá la Presidenta.

En mayo, Cristina Kirchner viajará a Madrid para la Cumbre América Latina, el Caribe y la Unión Europea (UE) y será el momento de comprobar las verdaderas posibilidades de uno de los objetivos que se propuso el Gobierno para este semestre: firmar el acuerdo económico entre la UE y el Mercosur. Ese tratado se viene negociando desde hace años y en los últimos tiempos directamente pasó al freezer. Durante este semestre Cristina Kirchner presidirá el Mercosur y el español José Luis Rodríguez Zapatero estará al frente de la UE, por lo que se prometieron avanzar sí o sí pese a que las diferencias persisten. La Presidenta dice tener la fórmula: “Vamos ir cerrando los temas en que estamos de acuerdo y dejamos para después en los que tenemos diferencias”, propuso. En la Cancillería explican que “si nosotros no logramos un acuerdo, va a haber que esperar muchos años más para conseguirlo”. En la cita madrileña de mayo se verá si se pudo.

Como cierre de la primera mitad de año, la Presidenta participará en la nueva reunión del G-20, ya instituido como el principal foro internacional donde se discuten las cuestiones comerciales. En principio, se realizará el 26 y 27 de junio en Toronto, Canadá, y Argentina llevará nuevamente su discurso sobre la necesidad de cambios en los organismos financieros internacionales y la construcción de una nueva arquitectura económica que tenga más en cuenta la voz de las naciones en desarrollo. Aunque eso –quedó visto en el último encuentro en Pittsburgh– no es sencillo.