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El gobierno de Mauricio Macri utilizó sólo el 23 por ciento del presupuesto que tenía para la ampliación de subtes. Y nada más que el 22,4 por ciento del dinero destinado a la ampliación de la red pluvial para evitar las inundaciones. Las becas estudiantiles tuvieron también una importante subejecución: se usó el 23,6 por ciento del dinero disponible, mientras que en infraestructura escolar se gastó el 30,8 por ciento. Estas son las conclusiones del informe sobre la ejecución presupuestaria del segundo trimestre que hizo la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP). El estudio se basó en los datos de ejecución del segundo trimestre de 2013. Según un libro de reciente publicación que analiza todos los presupuestos macristas, Macri lleva subejecutados 5937 millones de pesos en los últimos seis años.

La ASAP es una ONG que conduce Marcos Makón, que fue ministro de Desarrollo Social durante el gobierno de Fernando de la Rúa. Según el informe de la ASAP, para la ampliación del subte, se usaron 381 millones de pesos de los 1603 millones presupuestados: un 23,8 por ciento. No es la primera vez que ocurre. En el libro La ciudad empresa (Ediciones CCC), que compiló Javier Marín, se suma un capítulo sobre el desarrollo de los presupuestos en la gestión PRO. “En el caso de los subtes, la ejecución alcanza solamente el 77 por ciento, presentando el 2009 (41 por ciento) y el 2012 (60 por ciento) la mayor subejecución”, señalan las economistas Carla Degliantoni y Lucía Pezzarini en el capítulo “La orientación del gasto como herramienta de exclusión”. Ambos trabajos toman como fuentes los datos oficiales del Gobierno de la Ciudad.

Las economistas hicieron el cálculo de cuánto dinero se subejecutó desde el comienzo de la gestión PRO: la cifra se acerca a los seis mil millones de pesos. En materia de infraestructura escolar, en los seis años de gestión dejaron de usar el 39 por ciento de los dos mil millones que tuvieron disponibles. Del presupuesto destinado a infraestructura hospitalaria, el 38 por ciento quedó sin usarse, mientras que el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) subejecutó el 37 por ciento de los fondos desde el comienzo de la gestión PRO. “En el caso del programa de infraestructura de las villas, la subejecución fue del 42 por ciento promedio”, indicaron las autoras.

Subejecución ayer y hoy

El informe de la ASAP señala una serie de áreas críticas de subejecución de este año. “La función Vivienda continúa siendo la de mayor subejecución de la Administración Central (33,9 por ciento), pese a que su nivel de ejecución a aumentado sensiblemente de 2012 a este año”, indica el informe sobre la subejecución de este año. Luego de una de las mayores inundaciones, el programa de gestión de riesgo hídrico ejecutó un 36,5 por ciento de su presupuesto. Nuevamente, esto tiene historia: según señaló la comunera Julieta Costa Díaz, la subejecución en 2011 del plan pluvial fue de 35 por ciento, mientras que en 2012 fue del 20 por ciento.

El programa de desarrollo integral infantil tiene como objetivo incluir a los niños, niñas y adolescentes “a través de políticas públicas básicas, como educación, juego y recreación”. Lo hace a través de las Casas de Niños, Niñas y Adolescentes. Ese programa tuvo una ejecución del 25 por ciento y “sufrió un recorte de su presupuesto, pasando de 172,2 millones a 133,9 millones”, según indica el informe de la ASAP.

Para las becas estudiantiles, se usaron 55 millones de los 233 millones disponibles, un magro 26,8 por ciento. En el programa de Asistencia Alimentaria y Acción Comunitaria, la subejecución fue del 29,8 por ciento: 182,4 millones de los 612,7 que presupuestó la Legislatura. La infraestructura escolar de los colegios públicos no tuvo mejor suerte: una ejecución del 30,8 por ciento, que implica 78,8 millones de los 256 que tenían para utilizar en obras. El plan integral de educación digital tuvo una ejecución del 26,8 por ciento: se utilizaron 81 de los 301 millones de pesos destinados a “integrar los procesos de enseñanza a la cultura digital”.

Según señalan las economistas Degliantoni y Pezzarini en el libro La ciudad empresa, hay una tendencia marcada desde el comienzo de la gestión PRO respecto de la educación: en promedio, los recursos de la educación privada crecieron más de un 19 por ciento anual, mientras que la infraestructura de la educación pública sufrió un ajuste del 12 por ciento anual. Las economistas indican que la diferencia entre el gasto y los recursos (resultado primario) pasó “de un valor de 212 millones en el inicio de la gestión PRO a un déficit de 990 millones al cierre de 2012”. El gasto social en los años de PRO fue perdiendo participación (esto significa que baja el porcentaje que representa del total del presupuesto): “Se ha visto reducido en siete puntos porcentuales, pasando de representar el 68 por ciento del total en 2007 a 61 por ciento del gasto a fines de 2012”, indicaron.

Según el informe de la ASAP, este año en obra pública se utilizó el 33,8 por ciento de lo presupuestado. El informe de la ASAP retoma el gasto desde el comienzo de la gestión de Macri y señala que, mientras el gasto corriente (salarios, etc.) se mantuvo estable, el gasto de capital muestra oscilaciones con los años de crisis y los años electorales. “El gasto en infraestructura es la variable de ajuste ante las variaciones de la recaudación derivadas de las oscilaciones en la actividad económica”, indica el informe, que advierte que este año electoral tuvo uno de sus incrementos más grandes. “Durante la recesión de 2009, se percibe una recuperación en la tendencia del gasto en infraestructura que, sin embargo, no llega a recuperarse y que ha mostrado variaciones erráticas de un período al otro.”