De campaña por la zona norte del conurbano, Mauricio Macri dejó varias definiciones políticas de cara a las elecciones de 2015. Por un lado, descalificó la idea de un acuerdo con Francisco de Narváez en la provincia de Buenos Aires, y ratificó que “sea quien sea” el candidato, el PRO realizará las primarias para definir su postulante en la ciudad de Buenos Aires. Por el otro, se mostró en sintonía con el kirchnerismo al cuestionar a ciertos dirigentes que agitan el fantasma del estallido social. “Hay algunos vivos que aprovechan siempre fin de año para llevar agua para su molino. Yo voy a estar siempre del lado de la paz social”, dijo.

En diálogo con periodistas durante su visita a San Fernando, San Isidro y Vicente López, Macri se esforzó por diferenciarse de otros aspirantes a la presidencia: “Yo no hablo con eufemismos, voy a la gente con la verdad, soy candidato a presidente”, dijo. Sobre sus expectativas de un acuerdo global con la UCR, dijo ser “respetuoso del trabajo del FAU” (Frente Amplio Unen), y confesó no creer “en las estructuras partidarias”, aunque destacó que en Córdoba “hay una situación particular, porque la dirigencia radical en esa provincia decidió abrirse” para hacer un frente con el PRO.

Consultado sobre los intentos de De Narváez de acercarse al macrismo de cara a 2015, Macri dijo que “no hay ningún tipo de contacto, no creo que haya algo ahí”. “Ya incursionamos en el pasado en eso”, balbuceó. Al referirse a la competencia para la elección de gobernador bonaerense, dijo que “a falta de uno, el PRO tiene dos candidatos”, en alusión a su primo, el intendente Jorge Macri, y a la vicejefa porteña, María Eugenia Vidal. Agregó que las PASO “son un instrumento útil para dirimir” quién se postulará. Sobre la Ciudad, que Macri gobierna hace siete años, dijo que “sea quién sea” el candidato, “en el PRO va a haber primarias”, y reiteró que la senadora Gabriela Michetti “sería un lujo” como compañera de fórmula presidencial.