Domingo, 14 de septiembre de 2014 | Hoy
EL PAíS › PROBLEMAS Y ESPERANZAS DEL PRO, UNEN Y RENOVADORES
Estancados o afirmándose, con fuertes problemas de inserción territorial o incapacitados de proyectarse en todo el país, los tres principales polos opositores son analizados por los principales encuestadores.
Por Raúl Kollmann
Las tres vertientes principales de la oposición afrontan alternativas decisivas en los próximos meses para enfrentar con posibilidades al Frente para la Victoria (FpV). En estas últimas semanas se plantearon dilemas sobre la verdadera situación y las perspectivas de la oposición. Se habla de un crecimiento del PRO pero de dificultades en la provincia de Buenos Aires; de la enorme polémica dentro de Unen sobre una alianza con la fuerza de Mauricio Macri y del estancamiento o no del Frente Renovador. Cinco consultores analizaron para Página/12 su visión sobre el real estado de la oposición y los pasos que deberían dar esas fuerzas en los próximos meses.
Para Manuel Mora y Araujo, de Mora y Araujo Comunicaciones, “el FR y el PRO están parejos. Massa lleva una ventaja, pero Macri se mueve. Unen, entre sus divisiones y sus ambigüedades, no levanta. El juego por ahora es entre dos opositores, no entre tres. Y, por supuesto, el oficialismo, en especial Scioli. Para Macri, la ventaja es que las ambigüedades de Unen sigan favoreciendo un voto de ese electorado canalizado hacia él. Para Massa, que el peronismo disidente lo vea como una opción, por la que Scioli compite seriamente”.
Eduardo Fidanza, de Poliarquía, ve un panorama bastante similar. “Según los datos disponibles, Massa estaría hoy en el ballottage con Scioli. De modo que su estrategia de campaña no debería variar mucho los lineamientos que actualmente tiene. Debe disputar voto y territorio peronista con Scioli sin perder de vista el dato fundamental: la elección se gana con los sectores medios despolitizados, cuyas desgracias son la inseguridad y la inflación. Macri viene creciendo, pero debe salvar un escollo importante: la baja inserción en el Gran Buenos Aires. Esa es su debilidad compensada con una importante fortaleza: se perfila como el mejor represente del votante que quiere un cambio de régimen. Unen está ante un dilema de difícil resolución: qué hacer con cinco candidaturas presidenciales difusas y poco financiamiento ante rivales ya instalados y con sus maquinarias electorales funcionando a pleno.”
Para Artemio López, de la consultora Equis, “de las tres alternativas opositoras, el PRO aparece hoy con un mayor despliegue nacional pues ha constituido alianzas o candidatos propios con fortaleza electoral en Córdoba, Mendoza, Capital, Santa Fe y Entre Ríos, distritos que sumados representan el 35 por ciento del padrón nacional, diez puntos porcentuales más que el conurbano bonaerense por ejemplo. Unen tiene pendiente procesar sus conflictos internos, que no son menores. Un sector donde se alinea el partido radical como estructura quiere desplegar nacionalmente la matrix santafesina del Frente Progresista Cívico y Social, pero otro segmento, traccionado por referentes e intendentes de fuerte representatividad territorial, piensa su destino de cara a 2015 en alianza con el PRO. El FR debe desplegarse nacionalmente y aún no lo logra. Su fortaleza reside casi exclusivamente en Buenos Aires, que representa el 38 por ciento del padrón electoral pero, siendo importante, no alcanza para competir nacionalmente con chances, más sabiendo que en ese distrito, si la coyuntura socioeconómica se mantiene estable como la actual, las preferencias de cara a 2015 tienden a dividirse en tercios bastante equivalentes entre el FpV, el PRO y el propio FR”.
Muy distinta es la visión de Hugo Haime, de Haime y Asociados. “Estamos lejos de las elecciones, pero las tendencias de opinión pública son claras y constantes desde 2011. Allí una mayoría votó la continuidad, pero con la esperanza de que el Gobierno se hiciera cargo de tres deudas. Resolver la inflación, disminuir la inseguridad y terminar con la emergencia social mediante la generación de trabajo formal. Ninguna de las tres cosas sucedió y el Gobierno perdió en 2013 gran parte de su base de sustentación. Hoy encontramos una sociedad deprimida, angustiada y en incertidumbre que se expresa en un clima social de enojo y tristeza. En ese marco se inscriben las expectativas sobre las elecciones. ¿Qué se espera que suceda? Básicamente que las cosas se modifiquen. Pero no se quiere cualquier modificación. Así un 30 por ciento quiere continuidad, pero con resolución de los temas pendientes; un 35 por ciento quiere un cambio, pero con rescate de políticas sociales; y sólo un 27 quiere un cambio total. Llevado esto a los candidatos de oposición, Massa es claramente el mejor posicionado. Individualmente es el candidato con más votos y menor nivel de rechazo ocupando el centro del escenario opositor mientras que Macri está hoy en un cómodo tercer puesto a 10 puntos de Massa. Unen no logra construirse como fuerza política, destacando Binner y Cobos, afirmados sólo en sus propios territorios”.
Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados, coincide en que dos de las fuerzas tienen el panorama más definido: “Tanto el Frente Renovador como el PRO hoy exhiben una propuesta más organizada, más definida, a pesar de que falta mucho tiempo todavía. Ambas no tienen ninguna incertidumbre respecto de las PASO. En cambio, Unen no ha logrado homogeneizarse, y asoman varios referentes y ningún líder que unifique. La afecta la duplicidad del radicalismo, como fuerza principal de la alianza, que varía entre el alfonsinismo que se expresa residualmente, y la centroderecha, hoy de mayor potencia. Unen no termina de definir sus acuerdos electorales. Entre los tres, el macrismo ha exhibido mayor dinamismo en los últimos tiempos, y esto se refleja en el crecimiento de la intención de voto, al punto de que hay, virtualmente, un empate entre el Frente Renovador y el PRO. Si el macrismo logara sumar a una parte de Unen significaría un crecimiento cuantitativo, aunque no en términos aritméticos. Igual cualquier candidatura de esta alianza requerirá de mucho apoyo de los socios para ubicarla en posición competitiva”.
Para Artemio López, no hay dudas de que “el PRO tiene que insistir con alianzas territoriales sin comprometer su estrategia nacional de tercera vía independiente de las estructuras del PJ y la UCR, que le está dando buenos resultados hasta el momento. Al FR le hace falta encontrar alianzas de volumen en al menos Capital, Santa Fe y Córdoba, para expandirse por fuera de Buenos Aires y constituirse en un polo generador de expectativas de cara a 2015. Si no lo hace más o menos rápido, el polo de expectativas se trasladará al PRO y supondrá una complicación creciente para el FR no sólo de cara a la opinión pública, que aún no está en clima de elecciones, sino fundamentalmente para la dirigencia política nacional dispuesta a establecer alianzas de cara a 2015 que lo pondrá en segundo plano o below the radar, por debajo del PRO en su capacidad de tejer acuerdos territoriales de volumen. A Unen le queda una tarea muy compleja como es evitar la ruptura que parece ir cobrando aceleración con el paso de los días. Difícil porque las rupturas hacia el interior de Unen son gratis. Recordemos el caso Cobos, que fue expulsado de por vida de la UCR y luego al parecer resucitó entre los muertos y fue nuevamente incorporado a las filas del partido ya bastante más que centenario. Claro que ahora Cleto quedará del lado de los expulsadores y otros serán los que en un futuro resucitarán”.
Haime sostiene que “cada uno de los candidatos tiene oportunidades y amenazas. Macri ha realizado un persistente crecimiento pero ahora está amesetado, necesita poder resolver cuatro cuestiones. Primero, tener votos en la provincia de Buenos Aires, en donde no logra penetrar. Segundo, lograr convencer al electorado radical que lo vote. Tercero, lograr que el segmento del cambio total crezca. Y cuarto, tener éxito en su prédica de peronismo/antiperonismo. Sin esas condiciones es difícil que logre llegar al ballottage. Massa tiene la ventaja de haber sido quien le puso límites a una posible reelección presidencial y hoy encarna el dirigente capaz de realizar un cambio rescatando parte de las políticas sociales y transversales del Gobierno, pero con potencialidad de captar electores de los otros dos segmentos. Para continuar creciendo necesita penetrar más en el interior del país y hacer llegar sus propuestas de futuro. Unen a futuro es una incógnita. Debe resolver si va a decidirse a construirse como opción de poder alternativo a Macri y Massa o va a construir alianza con alguno de ellos. Una alianza con el PRO seguramente pondrá en crisis a la fuerza”.
“Es difícil decir qué les conviene hacer –afirma Mora y Araujo–, excepto plantear campañas eficaces y bien ejecutadas. El año 2015 por ahora me parece una situación abierta, que no se cerrará alrededor de propuestas programáticas. Parecido a 2003. Cada candidato tiene su momento, pero debe seguir cultivando un stock de confianza que es lo que finalmente puede darle la diferencia. Por otra parte, en cada fuerza y espacio político coexisten los intereses de los candidatos, que apuntan a la presidencia y al ballottage, y los intereses de la tropa, que en muchos casos apunta a la listas de candidatos legislativos y al nivel local. Las estrategias no son las mismas.”
Fidanza cree que “Massa tiene que demostrar que no es más de lo mismo. Macri debería incrementar su inserción territorial. Y Unen definir una candidatura fuerte antes de las PASO, es un error pensar que cinco candidatos atraerán muchos votantes a la interna abierta y obligatoria. A esa hora puede ser demasiado tarde para la coalición que representa a la socialdemocracia argentina”.
“A todos les falta completar posicionamiento nacional –señala Rouvier– e imponer su presencia ante la opinión pública en la agenda diaria. En el día a día, el Gobierno sigue prevaleciendo, y no da señales de pato rengo. Faltan propuestas de los candidatos de oposición como alternativa diferenciadora ante la coyuntura que implica desafíos para el oficialismo, pero sigue ocupando el foco de la comunicación. Al no recortarse con sus propuestas, la oposición se pierde dentro de la maraña de cuestiones que ocupan el espacio público. Si bien tienen mucha presencia en los grandes medios, su discurso va al pie del oficialismo. El Frente Renovador y el PRO deben completar su presencia territorial. A este último le sumaría una alianza con la UCR para alcanzar mayor despliegue local y lograr algunos triunfos en provincias. Pero un acuerdo electoral entre el macrismo y la UCR supone un cálculo de pérdidas y ganancias, y el mayor riesgo es para el radicalismo y su recuperación como partido nacional.”
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