Jueves, 21 de abril de 2016 | Hoy
EL PAíS › JORGE CHUECO LLEGó A BUENOS AIRES Y SE SOMETIó A EXáMENES MéDICOS
El abogado Jorge Chueco, capturado en Paraguay e imputado en la causa por lavado de dinero en la que fue proceso el empresario Lázaro Báez, fue trasladado ayer a Buenos Aires desde Misiones, adonde había llegado detenido tras su expulsión del país vecino. El juez federal Sebastián Casanello, a cargo de la investigación sobre la red de lavado, ordenó que sea sometido a exámenes físicos para luego decidir el momento de su indagatoria, que podría concretarse hoy mismo. La fiscal de Encarnación, donde se concretó la detención del abogado, contó que se lo ubicó a partir de una denuncia sobre una persona que “intentó quitarse la vida en un hotel”, dijo que en la habitación que ocupaba Chueco había ansiolíticos y alcohol pero desmintió que hubiera “dinero o cartas de despedida”.
Chueco es apoderado de Helvetic Service Group SA, firma que compró la financiera SGI donde fueron tomadas las imágenes del hijo de Báez (Martín), del contador Daniel Pérez Gadín, su hijo Sebastián y otras dos personas mientras contaban más de 5,1 millones de dólares. La filtración de esas imágenes fue la que aceleró las indagatorias y detenciones. Chueco no sólo estaría comprometido por los dichos del arrepentido Leonardo Fariña (ver página 9), que lo mencionó como hombre clave en el armado de la estructura de Báez, sino también por cheques provenientes de operaciones de Helvetic que iban a parar a las cuentas de Austral Construcciones, una de las empresas del empresario, y por una compra dudosa de bonos.
La familia de Chueco le perdió el rastro a principios de la semana pasada, cuando viajó hacia Iguazú y se contactó con su ex esposa, a quien le dijo que estaba bajo “una presión enorme”. Después la mujer presentó la denuncia por su desaparición. El martes pasado se registró en un hotel de Iguazú y al día siguiente apareció dormido, ebrio y descompuesto en la pasarela del paseo de las cataratas. El jueves dejó el hotel y se le perdió el rastro. El lunes Casanello dispuso su captura internacional y el miércoles la policía lo detuvo en la puerta del hotel de Encarnación donde se alojaba. Al ser abordado por la policía dio una identidad falsa y dijo que no tenía documentos. En la comisaría admitió su identidad.
El ministro del Interior de Paraguay, Francisco de Vargas, aclaró ayer que ese país nunca recibió la orden de captura sino un pedido de “búsqueda y localización”. Contó que “estaba anímicamente muy bajoneado” y como no tenía documentación y la Dirección de Migraciones no tenía registros con su nombre, se comprobó que su ingreso al país en forma clandestina y “se resolvió su expulsión y entrega a autoridades argentinas”. Ayer fue trasladado desde Posadas en un avión de Prefectura al que subió esposado y con chaleco antibalas. Ahora se aloja en un calabozo del edificio Centinela, de Gendarmería. El juez Sebastián Casanello, que ayer estuvo abocado a la causa por las muertes en la fiesta de Costa Salguero, podría indagarlo hoy mismo.
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