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Un día después de que se anunciara públicamente que se habían identificado los restos de Léonie Duquet, una de las monjas francesas secuestradas y desaparecidas por la dictadura, el Presidente llamó a su par de Francia, Jacques Chirac, para “compartir la noticia” y ratificarle su “compromiso con la verdad y la justicia”. Desde París, el vocero del mandatario francés dijo que Chirac había expresado su “reconocimiento por el trabajo difícil y valiente llevado a cabo por Argentina”. La comunicación duró diez minutos. El vicecanciller Jorge Taiana, quien informó de la conversación en nombre del Gobierno, anticipó que Kirchner y Chirac continuarán su diálogo en la Asamblea de las Naciones Unidas, que se realizará en Nueva York en unas semanas. El Presidente terminó la jornada con los familiares de las víctimas de la masacre de Trelew.
Según Taiana, en la charla Chirac no mencionó a Alfredo Astiz ni tampoco hizo requerimiento alguno sobre su extradición a Francia. Astiz fue el artífice del secuestro de Duquet y de su compañera Alice Domon, junto con el grupo fundador de Madres de Plaza de Mayo. El ex marino se infiltró entre ellas haciéndose pasar por el hermano de un desaparecido. Luego las entregó a sus compañeros de la ESMA. En 1990, el entonces presidente socialista François Mitterrand impulsó el juicio en ausencia contra el represor. Años después, la Justicia francesa lo condenó a cadena perpetua. París viene reclamando su extradición desde hace cuatro años. Actualmente hay un pedido en trámite en la Cancillería.
En su última visita a Francia, Kirchner informó a Chirac de las causas contra los represores que se iniciaron en los últimos años. La mayoría se pudo abrir tras la declaración de nulidad de las leyes de punto final y obediencia debida: fue el caso de la megacausa por violaciones a los derechos humanos cometidas en la ESMA, que lleva adelante el juez federal Sergio Torres. Por orden de ese magistrado, Astiz está detenido en una base naval de Zárate-Campana. Francia quiere que el ex marino sea extraditado a París o, por lo menos, que sea trasladado a una cárcel común. Todo indica que el Gobierno podría hacer algo al respecto. “A mí me parece que los presos tienen que estar en las cárceles. Esa es mi opinión aunque el que dispone el ámbito de detención es el juez. Le transmitiremos esa solicitud a la autoridad competente”, dijo ayer Taiana a Página/12.
En el Ejecutivo aseguran que, tras la nulidad de las leyes de impunidad, la Justicia ya no tiene ningún obstáculo para actuar ante violaciones de derechos humanos. Según esa opinión, las extradiciones ya no tendrían sentido. “El comunicado del Quai D’Orsay (Cancillería francesa) en el tercer párrafo hace una mención muy interesante: dice que la identificación de los restos puede servir como prueba en el proceso. Eso es un reconocimiento del proceso que se está llevando a cabo en la Argentina”, analizó Taiana. En ese sentido, las palabras que transmitió el vocero de Chirac mostraron bastante satisfacción. Según el portavoz, el mandatario francés “señaló también la importancia del trabajo emprendido (por la Justicia) en lo que concierne al capitán Astiz”.