El rostro de Mauricio Macri se tensó cuando el locutor presentó a su socio político, el gobernador de Neuquén Jorge Sobisch, como “el próximo presidente de los argentinos”. Si bien no se ventilan en público, son conocidas las ambiciones de ambos por ocupar esa candidatura. Sobisch se dio cuenta al momento. Se paró y dijo que la presentación fue “un exceso de cariño y afecto. Nuestro modelo tiene hombres con expectativas, pero queremos llegar a través del diálogo” a una fórmula. “El candidato puede ser él, puedo ser yo, puede ser cualquiera”, afirmó Sobisch, ante la coqueta multitud que concurrió a escuchar el panel de “técnicos y profesionales” de centroderecha, plagada de ex funcionarios menemistas y delarruistas. El gran ausente de la jornada fue el líder de Recrear, Ricardo López Murphy, que mantiene sus serias diferencias con el neuquino.

En el paquete salón de conferencias del Palais Rouge, en Recoleta, en un ambiente pulcro y estilizado propio de una conferencia de ejecutivos, expusieron sobre la estrategia energética los ex secretarios de Energía Daniel Montamat (con Raúl Alfonsín) y Carlos Bastos (con Domingo Cavallo, en su primera gestión), junto al economista Federico Sturzenegger, ex secretario de Política Económica en los primeros tiempos del gobierno de Fernando de la Rúa. También disertaron los ex embajadores menemistas Archibaldo Lanús (Francia) y Diego Guelar (Estados Unidos), junto a Pablo Rojo, que estuvo a cargo de la privatización del Banco Hipotecario. Las alusiones a la “inserción en el mundo”, en velada referencia a los ’90, fueron permanentes.

A diferencia de Macri, Sobisch se paró para hablar y ensayó una defensa cerrada de los panelistas. “Han sacado hombres y mujeres de la política, simplemente porque no pensaban como el partido de turno, pero sí piensan como el resto del mundo. Cuántos hombres como los que hablaron aquí están hoy desperdiciados. Hombres que aplicaron ideas en la Argentina cuando fuimos importantes”, remarcó el gobernador de Neuquén. “Tenemos que construir un espacio para estos hombres que no se base ni en el odio, ni en el resentimiento, ni en seguir mirando al pasado, que tanto daño nos ha hecho”, disparó, en referencia a la política de derechos humanos del presidente Néstor Kirchner, y recibió uno de los aplausos más rabiosos de la tarde. “De aquí van a salir los que llegarán a la Casa Rosada”, pronosticó Sobisch. Tanto en el macrismo como en las filas del neuquino, se mencionó la posibilidad de internas para definir las candidaturas.

Macri se mantuvo en un discurso más moderado (y estudiado): “Uno va al BID y al Banco Mundial, y encuentra técnicos argentinos a los que el país no les da lugar”, se quejó, en línea con Sobisch. “Entre 1913 y 1930, la Argentina tuvo un rumbo compartido por la clase dirigente: una política exterior inteligente en alianza con Inglaterra, que lideraba la economía mundial”, destacó. “Con agresión, autoritarismo y aislamiento no vamos a llegar a ningún lado”, condenó, también en dirección a Kirchner.

Aunque continúa con su estrategia de seducción para integrar un frente de centroderecha, el empresario no consiguió reunir a López Murphy y a Sobisch en un frente de centroderecha. Ayer fue notoria la ausencia tanto del Bulldog como de las segundas y terceras líneas de Recrear, que están embarcados en un proceso de elecciones internas que comienza hoy y termina el 24 de abril. “Vamos a ser mucho más que dos”, prometió Macri para intentar distender la situación. “Nosotros no excluimos a nadie”, aportó Sobisch, cauto.

Por su parte, Macri respaldó al jefe de Gobierno, Jorge Telerman, tras el incendio en el taller de Caballito en el que murieron seis personas, cuatro de ellos niños. “Hay que darle tiempo. No se puede resolver en pocos días la ausencia del Estado de tantos años”, consideró Macri.