“Menéndez, en tu nombre repudiamos a todos los cobardes que no se hicieron y no se hacen cargo de tantas muertes y de la traición”, dijo Rodolfo Merlino, el titular del Centro de Ex Combatientes de Malvinas de La Plata, que ayer encabezó el escrache al ex gobernador militar de la isla, Mario Benjamín Menéndez, un día antes de que se conmemore el inicio de la guerra. Los veteranos marcharon con antorchas y cruces blancas con los nombres de los caídos hasta el frente del domicilio de Menéndez, en Arcos al 1500, donde reclamaron juicio y castigo para los responsables de la guerra y le pidieron al presidente Néstor Kirchner que Menéndez no siguiera cobrando por Anses una pensión honorífica como ex combatiente. “Le pedimos al Presidente que revise el decreto 886/05. Estamos de acuerdo con su política de derechos humanos, pero esto no nos cierra”, sostuvo Ernesto Alonso, otro de los ex veteranos.

El decreto excluye a los que estén condenados por crímenes de lesa humanidad, pero como Menéndez no tiene ninguna condena judicial, puede cobrarlo. “Hasta Astiz lo puede cobrar”, graficó Alonso. “Menéndez es uno de los máximos responsables de lo que pasó en Malvinas. No se hace cargo de nada, pero es necesario realizar un juicio por Malvinas y los responsables de las atrocidades que se cometieron contra los soldados deberían cumplir una condena”, remarcó.

Unos cien veteranos, acompañados por amigos, familiares y dirigentes de derechos humanos –entre los que se encontraba el nieto recuperado Juan Cabandié, que habló en el acto de la ESMA en 2004– llegaron al domicilio de Menéndez encabezados por cuatro estandartes blancos, que decían “Por la memoria, la verdad, la justicia y soberanía” y una bandera argentina. Muchos traían carteles sobre el dictador Leopoldo Galtieri y de Menéndez, además de las antorchas y las cruces blancas, similares a las que se encuentran en el cementerio argentino de Darwin. Cada una tenía el nombre de uno de los caídos en la guerra.

Frente a una fuerte custodia policial, que montó un vallado, Merlino leyó un discurso a través de los altoparlantes: “A 24 años del conflicto, seguimos reclamando que cada uno asuma sus responsabilidades. Menéndez sigue borrándose como hizo en la isla”. “La democracia tiene una deuda pendiente con Malvinas. Es necesario que la Justicia se imponga y los responsables cumplan la condena”, afirmó.

“Sobran los motivos para repudiar a tan siniestro personaje. Fue un general de escritorio que se escondió toda la guerra. Es responsable de los muertos por el hambre, por el frío y de las torturas físicas a los soldados”, denunció el ex combatiente, que integra una organización compuesta por ex conscriptos. “Nada tenemos que ver con estos generales de la derrota, traidores y represores”, destacó.

Con lágrimas en los ojos, cada uno de los veteranos gritó el nombre de compañeros muertos (la mayoría del Regimiento de La Plata, que combatieron en Monte Longdon) y todos se sumaron en un “¡Presente!”. Mientras sonaban las canciones de León Gieco “Oral” (la de Iluminados por el fuego) y “Por la memoria”, fueron colocando las cruces sobre el vallado y dejaron una foto de la rendición de Menéndez ante el general Brit Moore, donde el primero se encuentra impecable, mientras el británico estaba cubierto de barro. Se marcharon en silencio, con el mismo tono intimista que marcó todo el escrache.