El juez federal Julián Ercolini procesó ayer al represor Eduardo Ruffo. El magistrado, a cargo provisoriamente de la investigación sobre los crímenes cometidos en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército, consideró que el ex agente de inteligencia fue “una pieza central en el engranaje operativo” del centro clandestino Automotores Orletti y lo responsabilizó por 65 casos de privaciones de la libertad agravada.

Ruffo, alias “Zapato” o “Capitán”, fue arrestado hace un mes por orden del juez federal Daniel Rafecas –que actualmente está de licencia– después de haber estado prófugo durante más de tres años. El ex agente, que fue mano derecha del represor Aníbal Gordon, se apropió de una niña que fue luego restituida a su abuela y siguió trabajando para la SIDE durante la democracia, fue detenido por Interpol en Barrio Parque.

“Participó de la propia constitución del centro clandestino, prestó funciones en estrecha relación con Aníbal Gordon, fue nexo con el personal uruguayo, tuvo un rol de mando sobre el personal argentino, participó en operativos de secuestros e intervino activamente en las torturas impuestas a detenidos. En definitiva, formó parte de la maquinaria represiva puesta en funcionamiento en Automotores Orletti durante todo el período en que éste funcionó”, señaló Ercolini en el procesamiento que firmó ayer y que incluyó un embargo por un millón y medio de pesos. Además, Ruffo fue uno de los fiadores del contrato por el que se alquiló el predio en el que funcionó el centro clandestino.

De los 65 casos de privaciones ilegales de libertad agravada en los que está involucrado este represor, 32 corresponden a secuestros de uruguayos, ya que Automotores Orletti fue la sede del Plan Cóndor en Buenos Aires, regenteado por la SIDE. Además, allí se cometieron al menos seis homicidios. Carlos Santucho, hermano del dirigente del ERP Mario Roberto Santucho, Marcelo Ariel Gelman, hijo del poeta Juan Gelman, y los actores Luis Brandoni y Marta Bianchi, que estuvieron detenidos y luego fueron liberados, fueron algunas de las víctimas del represor.

“Después de tantos años de impunidad se van cumpliendo los pasos procesales que estábamos esperando. Entendemos que hay otras personas que también tendrían que estar procesadas y esperamos que con el devenir de la investigación eso se logre”, señaló a Página/12 Marcelo Biugo, abogado de Juan Gelman. En esta causa ya estaban procesados otros cinco represores de Orletti: Rubén Víctor Visuara, Rodolfo Cabanillas, Néstor Horacio Guillamondegui, Honorio Martínez Ruiz y Raúl Antonio Guglielminetti.

Ercolini señaló ayer que Ruffo tuvo responsabilidad en haber mantenido a los cautivos bajo condiciones infrahumanas de vida, ya que se encontraban tabicados, privados de poder comunicarse con el exterior y entre sí, sujetos a esposas o a otros medios de menoscabo de su capacidad motriz y defensiva, bajo el temor de ser permanentemente castigados, torturados o asesinados, privados de la mínima alimentación indispensable, sin condiciones de higiene y expuestos a la desnudez y sometidos a padecimientos de connotación sexual.

También mencionó la “típica sesión de tormentos físicos por la que pasaba cada uno de los secuestrados de Orletti”. Eso consistía, explicó, en “colgar a la víctima con las muñecas esposadas hacia atrás, de una cadena que a su vez se sujetaba a un gancho que permitía subir o bajar al cautivo hasta que sus pies quedaban suspendidos a unos 30 centímetros del piso. Se aplicaba electricidad mientras se arrojaba agua o se le hacía tocar con sus pies la sal gruesa que había sido colocada en el piso junto con agua, para intensificar el shock eléctrico”.