“La desaparición de Jorge Julio López es uno de los casos más extraños de la Argentina. Uno de los casos más extraños de los últimos años”, afirmó el fiscal platense Marcelo Martini cuando se están por cumplir tres meses de la desaparición. Martini está encargado de la investigación desde el primer día. “Usted fíjese –le dijo a Página/12– que López quedó en ir a la audiencia del juicio contra Miguel Etchecolatz a las 9 de aquel día, pero entre las 9.30 y las diez lo vieron varias personas caminando por la calle, en su barrio, Los Hornos. Y nadie vio nada extraño. A partir de la desaparición hemos investigado numerosas pistas y, por supuesto, las que tienen relación con su testimonio en el caso Etchecolatz. Eso es de sentido común. Tenemos casi 12.000 fojas y miles de entrecruzamientos telefónicos. Todavía no estoy notificado de que el expediente pasa a la Justicia federal por orden de la Corte Suprema, pero es evidente que eso ocurrirá en los próximos días”. Según parece, el juez federal Arnaldo Corazza ya tomó nota de que se hace cargo de la causa y empezó a trabajar como nuevo instructor de la investigación.

El ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, en declaraciones a FM Cielo de La Plata, aceptó ayer que se debilita la hipótesis de que López se haya ido por su cuenta y crece la posibilidad de que haya sido víctima de un secuestro. En realidad, Arslanian sintoniza con la mirada del fiscal Martini, quien también cree que pudo haber un secuestro, pero que no encontró ni una sola prueba ni testimonio que mencione, por ejemplo, que alguien vio cómo era introducido en un auto o que sufrió algún episodio de violencia. De todas maneras, el Ministerio de Seguridad tomó una decisión el mismo día en que se pronunció la Corte Suprema: puso a cargo de la pesquisa al superintendente de Investigaciones Complejas, comisario Hugo Matzkin, un hombre que trabajó en casos difíciles como el robo al Banco Río de Acassuso.

El peritaje de la Gendarmería del llavero y la llave encontrados en el jardincito de los López también plantea una serie de conclusiones que no terminan de encajar:

- La Gendarmería sostiene que la llave y el llavero estuvieron a la intemperie más de 15 días y que perfectamente podían haber sido dejados allí por el propio López el día de la desaparición, el 18 de septiembre.

- La familia López cree que efectivamente fue Tito el que dejó llave y llavero allí, porque esos elementos no se tiraron, sino que se colocaron casi en la raíz de una planta. Por ejemplo, si las tiraron desde un auto o una persona que pasó caminando, nunca pudo quedar tan abajo. “Es posible que Tito haya cerrado con llave la puerta y él tiraba la llave adentro por la ventana cancel de la propia puerta. Cuando mamá se levantó encontró la puerta y la ventana cerradas, por lo cual no se puede descartar que él mismo haya escondido la llave en la planta.”

- Lo que sucede con la hipótesis anterior es que da la impresión de que dejó la llave allí escondida porque pensaba volver. Otros investigadores dicen que eso no es necesariamente así: “¿Qué iba a hacer con llave si su idea era no volver? Dejarla escondida en algún lugar es una posibilidad”.

Lo cierto es que las piezas del rompecabezas no encajan y a tres meses no parece haber una sola pista sólida que oriente la investigación. En el caso trabajan la Bonaerense, la Federal, la SIDE y la Gendarmería y ahora el expediente pasará a manos del juez federal Arnaldo Corazza, que de todas maneras ya venía participando de la pesquisa.

“No es que no se investigó la hipótesis del secuestro –dice Martini–. La lógica indicaba que debíamos ahondar todas las pistas y todas las variantes. No es cierto que no hayamos tenido en cuenta el testimonio de López en el juicio. Todo lo contrario. Se buscó muchísimo en el entorno de los que aparecieron en el pasado de López, en los imputados, en los allegados, en gente que perteneció y pertenece a distintas fuerzas.” Página/12 preguntó anoche a uno de los investigadores sobre la existencia de pistas: “Tenemos la convicción de que López está con vida. Y hay pistas. No son sólidas, pero tenemos pistas para seguir. ¿La salida de un López a Paraguay? Se sigue investigando”.