EL PAíS › DEFINICIONES DE CAMPAÑA DE LA LIDER DEL ARI, ELISA CARRIO

“Vamos a acordar con quienes resistan”

La líder del ARI habla de los alcances y límites de su coalición cívica y dice que la línea divisoria no pasa por la derecha o la izquierda sino por la “decencia”. Críticas al Gobierno y al llamado al diálogo opositor del ingeniero Juan Carlos Blumberg.

 Por Werner Pertot
Desde Villa Gesell

Los faroles iluminan el jardín de la cabaña que funciona como centro de operaciones del ARI en Villa Gesell. La líder del ARI, Elisa Carrió, propone sentarse en una mesita a la vera de los árboles, que se mecen con el viento. Prende un cigarrillo y, en seguida, deja en claro que hay otras mesas en las que no se sentará, como la que propuso el ingeniero Juan Carlos Blumberg: “Es un frente oficialista de derecha, porque está armado por el Gobierno. Dios los junta para que ellos se resbalen”, lanza Carrió, en diálogo con Página/12. Sin un candidato definido en la Capital, plantea su estrategia con socialistas y radicales disidentes y toma distancia de Ricardo López Murphy.

La cabaña tiene vida propia. En ella conviven una centena de diputadas del ARI –entre ellas, se cuenta a Marcela Rodríguez, Susana García, Elsa “Tata” Quiroz– con cuatro de las hijas de la líder del ARI y sus amigas, en plena vida adolescente-gesellina. “Somos una gran familia: hay junta de cocina, de marketing, de salida a la playa”, cuenta Carrió, que alterna campaña, descanso e incesantes partidos de Burako hasta la madrugada. “Es interesante una campaña de mujeres, que me resulta más cotidiana y más llevadera que las asfixiantes campañas tradicionales. Esas me aburren”, comenta Carrió, que está releyendo El siglo y el perdón, de Jacques Derrida. “Si todos los lectores de izquierda lo leen, van a entender lo que digo sobre el perdón, que es independiente de la Justicia”, provoca.

–¿Vamos a tener una presidente mujer?

–Creo que sí.

–¿Y va a ser usted o Cristina Kirchner?

–Me parece que yo.

–¿Quiénes la van a acompañar?

–Espero que se incorpore mucha gente honesta, en el diálogo interreligioso, de un sector del socialismo importante, en la Capital y en la provincia de Buenos Aires y esperemos que haya otros radicalismos disidentes en el resto del país, de sectores de la democracia cristiana. Estamos abiertos al diálogo, incluso con un pensamiento de centroliberal. Yo podría integrar a la coalición a un liberal. De hecho, Gustavo Gutiérrez lo es (aunque yo le digo que es un trotskista de derecha). El problema en la Argentina es la decencia: ha robado la centroderecha y también la centroizquierda. Patricia Bullrich es buena persona, así como (Luis) Zamora no lo es.

–¿López Murphy no está descartado como aliado?

–En estos días, él ha decidido muy claramente dónde está.

–De estos acompañantes, ¿puede salir el vice de su fórmula?

–Sí, yo creo que la coalición cívica tiene que elegirlo. Me parece importante que sea hombre. Y si es joven, mejor.

–¿La reconciliación con el socialismo es total?

–Hemos mantenido el afecto con muchos de ellos y con otros hemos cerrado heridas.

–¿La designación de Ariel Basteiro en el directorio de Aerolíneas modifica la relación?

–No la modifica. Somos conscientes de la cooptación del Gobierno. También nosotros hemos sufrido cooptaciones. Lo importante es acordar con quienes resisten, sabiendo la dificultad que significa la compra de conciencias con dinero y poder. Además, era previsible. Ariel Basteiro es eso. Siempre lo fue. No es Giustiniani, no es Polino. Y menos aún es Alfredo Bravo.

Ni mesita de café

–¿Qué diferencia tiene su coalición con las otras que se están gestando?

–Primero, es una costura corta. El diablo desafió a María a coser más rápido. Y ella cosía con hilo corto y una aguja chiquita. Y el diablo con una aguja grande y con hilo largo. La costura de María no se notaba tanto, pero le ganó. Estamos haciendo las cosas sin apuro. Los otros se van a resbalar con el hilo largo. En mayo, Macri y Lavagna no van a estar. Dios los junta para que ellos se resbalen. Pero sabemos ahora que tenemos este frente oficialista de derecha, que lo van a tratar de instalar con mucho dinero puesto por el Gobierno. Es un frente opositor armado por Alberto Fernández para controlar todo el sistema político, como lo hacía el PRI. Pero esto va a decantar. Estas personas son muy brutales y muy vulgares para este tipo de acuerdo, así que va a quedar expuesto. Y la primera puntada de esa operación es Blumberg y su diálogo en marcha.

–¿Por qué dice que Alberto Fernández está detrás de la mesa de Blumberg?

–Tengo la absoluta certeza. Y se va a demostrar con el tiempo. Cuando lo dije, no lo dije por una especulación política. Lo dije porque lo sé.

–Usted afirmó que Blumberg recibió dinero del Gobierno.

–Blumberg y su fundación en su momento tuvieron una íntima vinculación con el Gobierno y con Alberto Fernández. Y de la mafia uno no se separa, aunque quiera. De esa cooptación, uno no tiene retorno. Pero no sólo es Blumberg: hay una derecha de negocios que quiere presentarse como opositora, que lo incluye a Sobisch y a Macri.

–¿Cómo ve el salto de Blumberg de familiar de víctima a dirigente político?

–Respeto profundamente el dolor de las personas y no separo entre víctimas. Víctimas son las de los setenta y el hijo de Blumberg, como también lo son las víctimas de Cromañón. Pero creer que se sabe todo y que se está en un lugar donde no importa ni su historia personal ni su comportamiento porque se le murió un hijo no me gusta. ¿A cuántas cosas da derecho ser víctima? ¿Mañana va a ir a la fundación Favaloro y va a decir “yo opero”? No me gusta la profesionalización de las víctimas. Blumberg tiene su historia en Buenos Aires y tiene su historia en el Chaco.

–¿Allá se conocieron?

–(Se pone muy seria.) Sí, lo conocí. Por lo cual tengo muy claro quién es.

–¿Lavagna qué representa?

–Es el residual de la corporación política en la Argentina. Y que ahora ingresó en la interna del PJ. También va a quedar preso por pacto y por meterse en la interna, cuando dijo que “buscan venganza con el juzgamiento de Isabel”. Lavagna y Duhalde están casi en una defensa de lo actuado en los setenta. Nosotros nos mantenemos lejos de todo: ni pertenecemos a los negocios, ni participamos en la interna, ni pactamos con el establishment.

–¿Macri y Lavagna no terminan juntos?

–Nunca se sabe en la Argentina. Como somos la única oposición real, casi en espejo con el Gobierno, que miente que es la centroizquierda.

Pecados capitales

–El Gobierno lanzó a Filmus y Telerman ya está haciendo campaña. ¿Cuándo se lanza el candidato del ARI?

–Lo tengo que pensar un poco más. En marzo va a estar más claro. Pero la estrategia en la Capital va a estar completamente subordinada a la nacional. Por lo menos un grupo grande del ARI vamos a jugar mirando el escenario nacional. No sé qué va a hacer la conducción institucional del partido (NdR: la conducción está distanciada de Carrió). Está mucho más claro la provincia, Santa Fe y Córdoba. Pero en la Capital hay variables que aún no las tengo claras.

–¿Uno de esos factores es si se presenta Macri?

–Sí, son muchas variables. Pero no son especulativas. Sino de este proceso nacional, que va a ser decisivo para la Capital. Hay que pensar con prudencia. No me preocupa esa idea de que hay que salir antes. Creo que hay que salir inteligentemente.

–¿Patricia Bullrich podría ser una buena candidata a jefa de Gobierno?

–Nosotros no hablamos de ninguna candidatura en absoluto. Ni siquiera todavía tenemos una estrategia electoral. Hay muchas posibilidades. Vamos a hacer lo mejor para no confundir al electorado en la Capital.

–¿Puede haber sacerdotes que integren las listas del ARI?

–Me parece que el papel de los sacerdotes no es necesariamente presentarse en listas, sino acompañar a su pueblo en el compromiso. Es un compromiso con el contrato moral, no con un candidato. Pero eso tampoco está definido.

–¿Alguna vez conversó esto con el cardenal Jorge Bergoglio?

–Yo no confundo las cosas: soy una persona de misa diaria, Bergoglio es mi pastor y me representa como pastor. Pero no confundo el plano político con el religioso. Soy una militante de ambos lugares, de la política y también de un cristianismo activo. Sí siento que él es un pastor; que no lo siento con todos los obispos.

Compartir: 

Twitter

 
EL PAíS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.