Domingo, 12 de agosto de 2007 | Hoy
Los encuestadores están de acuerdo en que el escándalo se registró en la opinión pública sin llegar a cambiar la tendencia del voto.
Por Raúl Kollmann
La mayoría de los encuestadores considera que el affaire de la valija con los 800.000 dólares afecta la imagen del Gobierno, tal vez erosione un poco más el voto en la clase media, pero no impacta en la intención de voto de la mayoría de la población. Casi todos los consultores siguen evaluando que, al menos por ahora, Cristina Kirchner continúa con la perspectiva de ganar en primera vuelta.
Estas son las opiniones recogidas por Página/12:
Rosendo Fraga, Centro de Estudios para la Nueva Mayoría: “Esto afecta la credibilidad y la imagen del Gobierno. Pero no necesariamente lo afecta en el terreno electoral. La experiencia de Lula en la elección de 2006 mostró que denuncias de corrupción relevantes afectaron su credibilidad y no su intención de voto. Terminó sacando más del 60 por ciento de los votos. En la medida en que no exista una oposición con capacidad política y electoral que pueda capitalizar la pérdida de credibilidad del Gobierno, esto no tiene por qué influir en términos electorales. En todo el mundo, cuando se acercan las elecciones, el tema corrupción suele tener más importancia. De la misma manera que crecen las campañas negativas, las de acusaciones. Y eso es porque está comprobado que una campaña negativa tiene una proporción de recordación de siete a uno respecto de una campaña positiva. Un caso de corrupción tiene más impacto en la opinión pública que una discusión sobre la salud o la educación. Los medios y la opinión pública le prestan mucha atención a los aspectos negativos. Si uno hace un debate hoy sobre el portafolio de los 800.000 dólares y un debate sobre cómo mejorar la educación pública, es seguro que el primero tendrá más audiencia y atracción”.
Enrique Zuleta Puceiro, de OPSM: “Esto afecta en el sentido de que pone el tema corrupción en el centro de la agenda. Es un tema que se inserta, sin que fuera esperado ni por el Gobierno ni por la oposición. Hay quien piensa que el fuerte del oficialismo está en la situación económica y quienes pensamos que la clave es el liderazgo de los Kirchner. Es más, en nuestras encuestas, la opinión sobre la política económica no es buena, se viene deteriorando, en especial por la inflación. No hay siquiera una enorme expectativa con el proyecto económico Kirchner, porque no está claro para el ciudadano común en qué consiste ese proyecto. Pero lo decisivo, lo que está detrás de la intención de voto de Cristina, es el liderazgo, por default, de los Kirchner. No aparece ninguna alternativa. Son muy pocos los que piensan que otros candidatos harían algo mejor. Roberto Lavagna creció dos puntos, pero del 13 al 15 por ciento. Está lejísimo. Carrió no incrementa su intención de voto. Y eso que ella viene denunciando a Claudio Uberti desde hace cuatro años. No capitaliza nada de nada. Está parada. Insisto, el grueso de la población no les ve chances de gobernar. Hay quien habla del voto licuadora o, como lo llamo yo, el voto Hilux, por las camionetas que se venden y de las que están pendientes las cuotas. Para mí, lo neurálgico no es eso, sino la inexistencia de una alternativa en cantidad y calidad. Incluso en la cuestión de la corrupción, para buena parte de los ciudadanos, Kirchner no es el problema, sino parte de la solución”.
Eduardo Fidanza, de Poliarquía: “Para mí la intención de voto está afectada, aunque básicamente en los sectores medios. No se trata de estos fenómenos de presuntos hechos de corrupción. Hay una combinación de factores que afectan la imagen de Gobierno y la intención de voto. Básicamente la inflación, que crea frustración. Y, en el interior del país, la crisis energética. Cuando esto se junta a los casos de corrupción, el efecto existe. Si las condiciones de vida se alteran, ahí el voto tiende a cambiar. Hay otro factor que juega. Los medios de comunicación fueron más condescendientes con los Kirchner, pero ahora, desde la mitad del año pasado, los medios hicieron un giro hacia una posición más crítica. Además de todos estos factores yo diría que hay elementos en la propia candidatura de Cristina que afecta su intención de voto. Cuando nosotros preguntábamos a quién prefería el encuestado como candidato, el 70 por ciento optaba por Néstor. De manera que ella es una candidata que viene con problemas. Insisto, percibimos una pérdida de votos en los sectores medios, en las grandes ciudades”.
Hugo Haime, de Haime y Asociados: “No creo que afecte mucho desde el punto de vista electoral. No lo veo en las encuestas hasta el momento. Es un tema de Capital Federal y las grandes ciudades, donde ya un sector de las clases medias se distancia del Gobierno. Por ejemplo, Hugo Chávez es un hombre que no le cae bien a las clases medias. Si hay lío con Chávez, eso juega en el voto de la clase media. Para decirle en pocas palabras, en las encuestas domiciliarias que hacemos, Cristina no sólo que gana en primera vuelta sino que no veo ni cerca un ballottage. Al menos por ahora”.
Analía Del Franco, Analogías: “En realidad, todo esto entra en el encuadre de las situaciones duras, poco claras, de corrupción que afectan al Gobierno. Hoy en día diría que no impacta en el grueso de la población. Lo que más afecta es la cuestión de la inflación. La imagen del Gobierno bajó, pero la de Cristina, en nuestra última medición, subió varios puntos. Hay que ver el mes que viene. Uno de los efectos que creo producen estos hechos es que le dan más oxígeno a los candidatos opositores. Logran más exposición en los medios y un discurso más atractivo. Pero, hasta el momento, el panorama electoral no se ha modificado prácticamente en nada”.
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