Desde hace dos meses que no funciona el teléfono de Irene de López, la esposa del desaparecido testigo del juicio al represor Miguel Etchecolatz. La familia presentó reiterados pedidos de reparación de la línea telefónica y recién la semana pasada se presentaron los técnicos de Telefónica. Pero no le dieron ninguna solución: le dijeron a la mujer, de 78 años, que “está en corto el aparato que lo tiene intervenido”, y que le reclame “al juez o a quien sea”. Así, a casi once meses de la desaparición de Jorge Julio López, su familia no cuenta con una vía de comunicación para recibir eventuales noticias sobre el destino del testigo.