Un grupo de dirigentes de la CGT enviaron ayer señales de unidad al sector de Luis Barrionuevo, luego de la ruptura protagonizada por los sindicatos que responden al titular del gremio gastronómico. “Me preocupa esta situación, por eso solicito a los gremios que renunciaron a la conducción de la CGT reflexionar en pos de la unidad, experiencias similares pasadas fueron muy malas, necesitamos una CGT de todos y para todos que discuta con los gobiernos la defensa de los derechos de los trabajadores”, remarcó el titular de la UTA, Roberto Fernández.

El sindicalista reconoció la existencia de diferencias con el titular de la CGT, Hugo Moyano, pero consideró que las mismas deben ser resueltas entre los propios protagonistas y sin generar rupturas. En rigor, el barrionuevismo no se fue de la CGT, sino que abandonó los cargos que ocupaba en el consejo directivo.

Las razones del portazo las explicó el titular del Sindicato de Estaciones de Servicios, Carlos Acuña, quien se quejó por la “falta de participación en los niveles de decisión”. “Nos fuimos porque nunca hemos sido convocados para discutir una estrategia que beneficie al conjunto de los trabajadores”, dijo.

En ese sentido, el dirigente explicó que su sector no quiere “desaprovechar las posibilidades que nos da el gobierno de Néstor Kirchner para discutir libremente la distribución del ingreso, queremos desarrollar esa oportunidad y acompañar esta gestión”.

Por su parte, el estatal Andrés Rodríguez (UPCN), reconoció que en la central obrera “hay una pre-crisis”. Este dirigente, que no milita en el moyanismo aunque se mantiene dentro de la CGT, minimizó el conflicto al recordar que “ya se han retirado en su época varios dirigentes de gremios que conformaban el consejo directivo de la central y ahora lo está haciendo otro grupo”. Aludía de esta forma a los denominados Gordos de la CGT, que en el alba de la gestión de Moyano desistieron de ocupar cargos por las “prácticas autoritarias” de su conductor, una crítica que comparten con Barrionuevo.