Los uruguayos hicieron por primera vez en Fray Bentos una marcha contra Botnia y el gobierno de Tabaré Vázquez salió a contrarrestarla con un anuncio: la pastera estará en condiciones de operar en la primera quincena de noviembre. Así lo aseguró el ministro de Medio Ambiente, Jaime Igorra, quien visitó la planta en vísperas de la protesta. La manifestación reunió a sindicatos, cooperativas y vecinos que recorrieron el centro de la ciudad en rechazo al modelo de desarrollo forestal y la extranjerización de la tierra.

“Nosotros hemos tenido que cambiar de estrategia: no podemos seguir nombrando sólo a Botnia porque detrás de Botnia en Uruguay ya tenemos siete pasteras más. Por eso estamos tratando de apuntar a lo que realmente es la causa de que estas industrias tengan facilidades para venir, como el monocultivo forestal y el traspaso de tierras a grandes compañías”, señaló desde Fray Bentos Julia Cócaro, una de poquísimas vecinas (“somos siete en total”, cuenta ella) que en la localidad se oponen abiertamente a las pasteras.

La marcha se organizó de una manera atípica: enterados de que organizaciones sociales como Fucvan, la federación uruguaya de autoconstrucción de viviendas, y gremios de estatales iban recorrer en caravana varias ciudades con un paquete de reclamos (el acceso a la tierra, la autonomía sobre los recursos hídricos, la defensa de las empresas del Estado), los vecinos y productores que se oponen a las papeleras los invitaron a entrar a Paysandú y sumar reclamos. La movilización fue bautizada “A Don José” por Artigas. Llegó a Fray Bentos cerca de las dos de la tarde y recorrió el centro de la ciudad hasta la plaza, donde se leyó un documento y hablaron varios oradores. Hasta ahora, todas las manifestaciones que se habían hecho en la ciudad habían sido en apoyo a Botnia.

“No fuimos muy bien recibidos”, declaró terminada la actividad Néstor Perdomo, de la Comisión Nacional en Defensa del Agua y de la Vida. Perdomo contó que en la plaza el dirigente Daniel De Souza, de la Fucvan, pidió que levantaran la mano los argentinos para mostrar que allí no había ningún asambleísta de este lado del río.

En la marcha participaron también la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas, los sindicatos de Obras Sanitarias del Estado y de Ancap, vecinos de Colonia, Mercedes y Tarariras, la mayoría integrantes de la organización Uruguay Natural y Multiproductivo. Los organizadores contabilizaron 250 personas; el intendente Omar Lafluf, un defensor de Botnia de la primera hora, aseguró en cambio que había habido sólo setenta y la calificó de “fracaso”.

El anuncio de que Botnia podría empezar a funcionar en 25 días fue formulado por el ministro Igorra después de recorrer, el viernes, las instalaciones de la planta. El funcionario le dijo al diario El País de Montevideo que a fines de la primera quincena de noviembre “se prevé que estarán prontas la ciclovía y la segunda toma de agua”, obras pendientes para la entrada en producción. Además, esta semana los asesores jurídicos de Botnia se reunirán con las autoridades para ajustar los detalles del seguro ambiental, un depósito de dinero que la empresa tendrá que realizar como fondo de garantía para la eventualidad de accidentes.

La compañía todavía debe recibir la autorización final de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama). Ayer, su directora, Alicia Torres, declinó referirse a su aprobación, limitándose a señalar que el permiso todavía está en estudio.