El enfrentamiento entre albañiles y camioneros, el empujón que recibió Luciano Miguens y el escrache al stand de Clarín en la Feria del Libro, monopolizaron el capítulo que los medios titulan como violencia. La disputa sindical es antigua. Hugo Moyano pugna por encuadrar en su sindicato camionero a todos los trabajadores de cualquier otra actividad que trabajen sobre ruedas y Gerardo Martínez, como antes Armando Cavalieri, se resiste. Pese al operativo de seguridad, que previó ingresos separados por cuatro cuadras, unos y otros se buscaron para golpearse, justo cuando CFK instaba a la concertación sin rencores ni agravios.

En cambio, pasó desapercibida la pateadura que el sábado 10 recibieron la docente Elena María Despósito, de 56 años, y su marido Alberto Luis Santiago Benassi, de 65, por parte de un grupo de piqueteros santafesinos. La pareja pasó a baja velocidad un bloqueo en la Ruta Nacional 34 a la altura de San Genaro, en un vehículo a gas de hace 25 años, esquivó una rastra con púas metálicas arrojada a la ruta para frenar el vehículo y continuó hacia Rosario. Luego de una persecución por cuatro o cinco camionetas 4x4, veinte hombres exaltados los arrinconaron al llegar a Iberlucea, al grito de “¡Asesinos!”, “¡Cobardes!”, “¡Si no están de acuerdo con nosotros quédense en sus casas!”. Benassi recibió un puñetazo y su esposa fue manoseada e insultada. Les rompieron un vidrio y el guardabarros y usaron el techo y el capot como cama elástica para saltar. Antes de irse destruyeron la lapicera y los anteojos con los que Benassi pretendía anotar las patentes de algunos vehículos de los atacantes. Decidieron memorizar una cada uno: GIA 401 y CGS 063. El dominio GIA 401 corresponde a una Toyota Hilux color negro. Su titular es Martín González, el mismo nombre y apellido de un dirigente de la Federación Agraria.