La oposición ha cuestionado que se usen las reservas para pagar deuda pero sólo Pino Solanas y la izquierda extraparlamentaria a pesar de sí misma cuestionaron la legitimidad de esa deuda, posición poco viable pero muy coherente. Sin embargo, Solanas está dispuesto a discutir su apoyo a un Fondo de Inversiones para el Desarrollo. Entiende, igual que el gobierno, que el dinero es fungible. Kirchner no tuvo en cuenta esa característica al explicar su compra de dos millones de dólares, en el momento en que más baja estuvo la cotización de esa moneda, para aplicarlos a la cuota de un negocio inmobiliario. Radicales y libertadores llevaron el tema a la justicia, donde es posible que se unifiquen las dos causas en una. Cualquiera sea el resultado, el manejo de esas cifras por parte del conductor de un proceso político populista no tiende a generar la imprescindible mística militante para respaldarlo. Ni hablar de la defensa de Luis D’Elía: “El abuelo era usurero”.