Una de las últimas medidas que tomó Miguel Pesce antes de la designación de Mercedes Marcó del Pont fue ordenar que se sacaran a remate los siete autos que usaba Redrado, entre ellos dos blindados. Uno de los blindados era un préstamo de Renault, y la mayor parte de los demás están reventados por el uso salvaje que les dio la banda de los comisarios Capuchetti, tres docenas de policías que Redrado contrató para afianzar su dominio sobre el directorio. Para Marcó del Pont queda el alejamiento de Carlos Pérez y Zenón Biagosh del directorio; cambiar el perfil de la mesa de operaciones, donde se realizaron grandes negocios con bonos y títulos; endurecer el control de las entidades financieras desde la superintendencia que Redrado dejó vacante durante años y que usó como instrumento personal (de eso se encargarán el abogado Sergio Chodos y el contador Hugo Alvarez); y replantear la línea del departamento de Estudios y Análisis, reducto de la visión neoliberal que se pretende desterrar. La orientación que Marcó del Pont aplicó en el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo (Cefidar), bajo la conducción de Guillermo Wierzba, es un buen anticipo. El primer documento, publicado en 2004, cuando conducía el Banco Nación Felisa Miceli, “Metas de Inflación: implicancias para el desarrollo” de Martín Abeles y Mariano Borzel es lectura recomendable para quienes deseen avizorar los principios generales que seguirá la nueva gestión.