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En el despacho del vicepresidente en el Senado, Boudou y Lorenzino se refirieron a los movimientos especulativos con bonos y seguros de default y explicaron por qué creen que no existe un mecanismo internacional para reestructurar deudas soberanas. “Vamos a seguir peleando contra los buitres”, sostiene Boudou.

–¿Cómo interpretan los movimientos recientes en las acciones, el aumento del riesgo país y los seguros contra default?

Lorenzino: –Hay que tener cuidado con las maniobras especulativas que busquen hacer ganancias rápidas. Según los analistas, después de la audiencia el mercado abandonó los bonos de Argentina y al día siguiente sin una razón concreta rebotó. El miércoles pasado, en la audiencia, la jueza que la presidió les preguntó a los abogados de los buitres: “¿Es cierto que ustedes están de los dos lados del mostrador con los seguros de default?”. Es indicativo de que la Corte ve un poco más de lo que dicen los agudos analistas de mercado.

Boudou: –¿En qué cambia un país de un día a otro para que un bono cambie de cotización 7 por ciento? Tiene el mismo stock de capital, el mismo nivel de empleo y las mismas exportaciones. Las variaciones tienen más que ver con timba que con la racionalidad. Hacer política siguiendo esa timba es un error que cometen muchos países. Es un error tener como objetivo de política alcanzar el “investment grade”, el objetivo de la política debe ser tener mejores niveles de empleo. El mercado financiero es un instrumento, no un objetivo. Ese fue el objetivo del gobierno de la Alianza y es el de algunos países de la región. Incluso el gobierno de Estados Unidos se dio cuenta de que las calificadoras de riesgo son parte del problema y no de la solución; no son instituciones transparentes.

–¿Por qué creen que no existe un mecanismo de reestructuración de deudas soberanas a nivel internacional?

Lorenzino: –Es un tema que se ha debatido mucho pero es difícil de compatibilizar a nivel global. Es difícil tener una sola ley de quiebras internacional. Por eso Argentina apoya firmemente iniciativas de la Unctad que determinan principios generales de toma y emisión de deuda en forma responsable. Lo que es claro es que bajo cualquier norma de quiebras, si un deudor logra acordar con más del 65, 70 u 85 por ciento, en los casos más exigentes, se considera que logró un acuerdo, y mucho más con el 93 por ciento de sus acreedores que aceptaron una propuesta con una quita inédita. En cualquier circunstancia de esas leyes, la reestructuración debería ser extendida al ciento por ciento de los acreedores.

Boudou: –Deudas atomizadas. Aun cuando exista una norma, debería existir una Corte y una policía supranacional que te obligue a aceptarlo y participar. Pero desde la óptica argentina sería inaceptable porque nosotros sabemos que esos organismos supranacionales no son neutrales sino que son rellenados para implementar ideologías. Eso, por ejemplo, le pasa a Ecuador en el Ciadi, donde en cada sentencia en contra le reclaman el doble de su PIB. Son absurdas, grotescas e impracticables.

–¿Los buitres van a seguir trabando embargos contra Argentina?

Boudou: –Nosotros vamos a seguir peleando contra los buitres.

–La Corte rechazó realizar una audiencia para revisar la cuestión de fondo, la validez o no de la cláusula pari passu. ¿Sigue abierta la posibilidad de llevar a cabo ese proceso ante los 13 jueces de la Cámara?

Lorenzino: –Sí. La revisión en banc, con todos los integrantes de la Cámara, del fondo de la cuestión sigue en pie. Algunos estaban apurados por decir que las cosas nos salen mal y se equivocaron. Por ahora la Cámara no se expresó sobre ese tema, donde el gobierno de Estados Unidos ya solicitó presentar sus argumentos si se habilita la instancia. Ese recursos está pendiente.