Domingo, 8 de marzo de 2015 | Hoy
Por Horacio Verbitsky
Antes de leer las conclusiones del peritaje la jueza Arroyo Salgado presentó a los integrantes del equipo que lo realizó. Con la lectura de sus títulos y honores intentó responder a la caracterización hecha en esta página del comisario general Daniel Salcedo y del comisario inspector Osvaldo Raffo, quien se retiró con ese grado después de concluída la dictadura militar. Que uno sea licenciado en criminalística y el otro médico no obsta a que ambos hayan hecho largas carreras en la policía bonaerense y tengan una consecuente conducta corporativa. Aquí se informó sobre los peritajes en los que Raffo dictaminó en 1977 que ni Jacobo Timerman ni Jorge Rubinstein habían sido torturados. En el caso de Rubinstein (abogado y apoderado de David Graiver y muerto en un centro clandestino de detención) la conclusión de Raffo fue objetada durante el juicio a las juntas por el recién fallecido fiscal general Julio Strassera y por su adjunto Luis Moreno Ocampo. El informe describió la cirugía de by pass que le habían realizado poco antes, el esternón abierto por la operación y los alambres de acero de la sutura. Pero no hubo autopsia de los genitales, las muñecas y los tobillos, donde hubiera podido comprobarse que estuvo atado durante la tortura. En 2012 la Justicia consideró probado el crimen y condenó a prisión perpetua al entonces ministro de gobierno Jimmy Smart, por autorizar las torturas que Raffo no vio.
También declaró ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que no torturaba la policía sino los guerrilleros en las cárceles del pueblo. Esto entusiasmó al presidente del Consejo, brigadier Luis María Fagés, quien le pidió que se explayara. Raffo tartamudeó y no pudo mencionar un solo caso, porque una vez que “se tomaba conocimiento, se pasaba al jefe y todo se olvidaba porque había otras cosas importantes que hacer”.
El abogado y ex legislador de izquierda Marcelo Parrilli lo llamó en su cuenta de Twitter “encubridor de torturas y fusilamientos de la Bonaerense”. Agregó que “Raffo se volvió más detallista con el tiempo. Hace 32 años las lesiones de picana de Cambiaso y Pereira Rossi se le pasaron”. En 1983 todos los peritajes judiciales comprobaron que Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereira Rossi, secuestrados ante testigos en un bar de Rosario, habían sido golpeados, torturados con picana eléctrica y atados con cuerdas que dejaron su marca en la piel, y que los disparos mortales, durante un presunto enfrentamiento con policías bonaerenses en Lima, provincia de Buenos Aires, fueron efectuados a quemarropa. Ofrecido como perito por Luis Abelardo Patti, Raffo negó que los disparos hubieran sido a quemarropa y dijo que no había tejidos suficientes para afirmar las torturas sin lugar a dudas. Recién en estos días comienza el juicio oral por aquel crimen, cuya investigación realizó el fiscal Juan Patricio Murray, ahora secretario coordinador de la Unidad Fiscal que dejó vacante la muerte de Nisman.
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