La polvareda levantada por el proyecto de los superpoderes siguió ayer envolviendo a Gobierno y oposición en un nuevo cruce de argumentos. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, salió nuevamente a defender la iniciativa que propone modificar la Ley de Administración Financiera para autorizar a la Jefatura de Gabinete a modificar partidas presupuestarias sin autorización parlamentaria. Y ante las críticas que había formulado Raúl Alfonsín, le replicó al ex presidente que “no debería haber aprobado la reforma constitucional de 1994 que creó la figura del jefe de Gabinete”. En la vereda de enfrente, el jefe del bloque de senadores radicales, Ernesto Sanz, aseguró que la tendencia será “acentuar el superpresidencialismo”.

Sanz aseguró que, inclusive, “en privado muchos legisladores oficialistas se sienten incómodos con este avance y avasallamiento del Ejecutivo sobre el Congreso”.

Muy temprano, Alberto Fernández abrió la jornada rechazando el término “superpoderes” que le endilga la oposición a la norma y aseguró que ese término “no tiene nada que ver con la facultad de redistribuir partidas”. En ese sentido, Fernández subrayó que “superpoderes era tener la facultad de destruir salarios públicos, eliminar entidades autárquicas, subir y bajar los salarios jubilatorios, subir y bajar impuestos”. Según el jefe de Gabinete, “la gran mentira de todo esto, en la oposición, es que la ley no altera en nada los controles; el Congreso puede seguir controlando la ejecución presupuestaria como lo hace hoy”.

Horas más tarde, se sumaba a la polémica el diputado Francisco De Narváez, del justicialismo nacional (duhaldismo residual duro), al opinar que la iniciativa “demuestra la vocación del Gobierno de alquilar o comprar voluntades políticas”. Enfatizó el empresario: “Queremos que se respete la ley, que no se pretendan utilizar mecanismos de emergencia cuando no hay emergencias; es un atropello del Ejecutivo sobre el Legislativo”.

Por su parte, el jefe del bloque de diputados oficialistas, Agustín Rossi, aseguró que cuando era intendente de Rosario, el socialista Hermes Binner “siempre incluía” en el presupuesto de la ciudad “una cláusula que lo autorizaba a redistribuir las partidas”. Rossi fue concejal opositor en Rosario y su alusión no es casual: Binner es su contendiente en la competencia electoral por la gobernación de Santa Fe.

A su vez, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, consideró “terrible” que el ex presidente radical Raúl Alfonsín haya asegurado que si se aprueba el proyecto en cuestión ello “constituye la muerte de la República”. El jefe de la cartera política afirmó que “si la muerte de la República no fue el 200 por ciento de inflación de julio de 1989, no existe la muerte de la República”, recordándole al ex presidente el índice de inflación registrado en su gobierno, casi dos décadas atrás.

El jefe del bloque radical en Diputados, Fernando Chironi, consideró que el Gobierno tiene “un error de concepto” sobre lo que es la administración pública, al intentar mecanismos para cambiar la asignación de gastos y sus montos. Otra de las voces que se escuchó en contra de los renovados superpoderes fue la del diputado nacional del bloque macrista PRO, Luis Galvalisi. “Calculo que toda la oposición va a estar en contra de este esquema, que es perverso, instalado en 1992; vamos a estar en contra de esta inescrupulosidad del Gobierno, que va en camino de destruir la República”, opinó el legislador demoprogresista.