El apuro por que saliera de una vez el dictamen del fiscal de la Unidad Especial de la causa AMIA, Alberto Nisman, fue un reclamo explícito que le hicieron llegar a la senadora Cristina Fernández de Kirchner y al canciller Jorge Taiana los representantes de las siete principales entidades de la comunidad judía norteamericana cuando se reunieron el 21 de septiembre pasado en Nueva York. “Nosotros también esperamos que el caso se esclarezca pronto, pero no podemos meternos en los plazos de la Justicia”, les respondió entonces Cristina de Kirchner. Enterado o no, lo cierto es que a casi un mes exacto de aquel encuentro, Nisman emitió el dictamen que se esperaba desde hacía casi un año. De inmediato, las organizaciones judías y la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires expresaron su satisfacción.

En aquella reunión realizada en el Hotel Four Seasons, donde se alojó la comitiva presidencial durante el viaje a Nueva York para la Asamblea General de la ONU, los representantes de la comunidad judía llegaban con los reclamos por el supuesto brote antisemita que aseguraban existía en la Argentina. Sin embargo, en el cierre de una reunión que había transcurrido por los carriles normales, los dirigentes se despacharon con el pedido de que Nisman se expidiera rápidamente.

Cristina Kirchner, Taiana y el cónsul argentino Héctor Timerman se sintieron tocados. “En Argentina, la Justicia es independiente”, respondieron los tres. Timerman les respondió que un pedido como el que ellos hacían sería impensable en Estados Unidos pero que, al revés, los norteamericanos pensaban que podían hacerlo a naciones sudamericanas.

Con todo, el reclamo quedó planteado dentro de la reunión y, luego, en la presentación posterior ante la prensa. Ayer, una vez conocido el dictamen de Nisman, desde Estados Unidos dieron señales de satisfacción. “El informe suministra evidencia suficiente”, señaló un vocero de la embajada en Buenos Aires citado por las agencias de noticias. Es que la resolución de Nisman de culpar a Irán –el principal enemigo de Israel y uno de los integrantes del llamado Eje del Mal– le viene como anillo al dedo a los argumentos que esgrime a nivel internacional.