Raúl Castells siempre se caracterizó por buscar acciones con alto impacto mediático, como las tomas de la Municipalidad de Lomas de Zamora, del Ministerio de Trabajo o del Casino en Chaco, el reclamo de reparto de cajitas felices ante McDonald’s, la instalación del comedor en Puerto Madero, entre los restaurantes finos. Su mujer, Nina Peloso, ya había cedido a la tentación de fotografiarse con un look provocador en la tapa de Noticias. Ambos habían pasado por el show de Marcelo Tinelli, donde Castells se despachó con frases como “te voy a quemar las gomas”. Este año Nina firmó un contrato para Bailando por un sueño 4.

Castells también hizo un desfile de modelos en La Matanza con el curador Bony Bullrich, del Alvear Fashion & Arts. Castells había intentado previamente hacer una olla popular frente a las esculturas monumentales de Marta Minujin. Tras varias horas de tensión, Bullrich y Castells hicieron las paces y el curador llevó a las modelos de la agencia de Ricardo Piñeyro a desfilar con las chicas del conurbano. En lugar de vestidos de diseño, hubo ropa tejida por costureras bolivianas. La movida se repetirá en febrero en San Justo, con la presencia del curador.