Durante ocho horas, el viudo José Arce dijo y repitió ante el fiscal Marcelo Pernici su versión sobre los hechos que lo llevaron a los titulares de los diarios: el asesinato de su mujer, la joven Rosana Galliano. Ya lo había hecho varias veces, pero siempre como testigo. Ayer, las ocho horas estuvieron dedicadas pura y exclusivamente a su declaración indagatoria. O sea, pasó a ser el sospechoso del crimen por encargo. Al retirarse de la fiscalía, Arce se mostró confiado: “Yo estoy tranquilísimo como siempre. Hace rato que estoy esperando que el fiscal me llame. Contesté todas las preguntas que al doctor Pernici le interesaba saber. Nada más. Estoy como siempre, tranquilo”, y agregó: “me voy muy satisfecho” de la indagatoria.

El llamado a indagatoria de Arce lo ubica como principal sospechoso del crimen. El fiscal Pernici indagó a Arce sobre su relación con la víctima y con la familia de ella. Pero también avanzó sobre las cuestiones económicas de la pareja. Según se había señalado en la investigación hace tiempo, la versión de que Rosana intentaba divorciarse y con ello dirimir parte de la fortuna personal pesa fuerte en las hipótesis acusatorias. También el hecho de que se conociera el nombre de algún amante de la mujer, que hubiera provocado la reacción mediante una venganza.

Pero además, el fiscal preguntó en relación con situaciones del mismo día del crimen. El día en que fue baleada Rosana Galliano, Arce se encontraba con Andrés, uno de sus hijos menor de edad, en el hospital de Pilar para atenderlo por una angina.

Según las sospechas, Arce se mostró públicamente en el hospital para organizar una coartada. Pero existen profundas dudas sobre la defensa:

- Arce llamó al celular de Rosana inmediatamente antes de que la balearan. Sabía que el celular de su esposa no tenía señal dentro de la casa y tenía que salir para hablar. ¿Por qué no llamó al teléfono de línea?

- Pidió al cuidador de su propio campo, Andrés Zaracho, que lo acompañara a llevar a su hijo al médico. A Zaracho le extrañó el pedido pero lo acompañó. En su momento, la madre de Arce explicó que podía haber problemas de estacionamiento. Pero los playones son demasiado amplios para considerar esa respuesta.

- El chico no debía ser atendido de urgencia por una angina, mucho menos si el médico de cabecera lo había atendido un par de horas antes, lo que hacía innecesario concurrir al hospital.

- Cuando Arce se entera por teléfono de que acababan de balear a Rosana, pareció no inmutarse. No se lo dijo a Zaracho y pidió un remise y lo mandó con su hijo de regreso al campo.

- Luego, en lugar de salir desesperado hacia El Remanso, el chalet donde asesinaron a Rosana, se dirigió a la comisaría local.

- Allí, ofreció entregar su celular sin que se lo hubieran pedido.

- Para colmo, Arce no tenía una buena relación con ella, aunque tras el crimen se mostrara públicamente dolido. Existen cinco constancias judiciales de denuncias de agresión, a partir del 28 de diciembre de 2005, una de ellas con marcas de golpes en el cuerpo. Por otro lado, Arce fue excluido del hogar por el Juzgado de Paz de la zona.

El abogado de Arce, Ramiro Rúa, dijo que su defendido describió como “buena” la relación con Rosana hasta que aparecieron “llamados” de supuestos amantes de la mujer, tras lo cual ella comenzó a “tratarlo mal”. “El –continuó el abogado– dijo que se enteró por un tercero de la relación de su mujer con el jardinero, que fue el comienzo de la separación.” “En ese momento fue cuando Rosana lo denunció por violencia familiar. Pero Arce negó haber cometido todo tipo agresión física y psicológica contra su mujer”, indicó.

El crimen de Rosana Galliano (29) ocurrió la noche del 16 de enero de 2008 en su casaquinta del barrio El Remanso, en Exaltación de la Cruz, cuando la mujer cenaba con su hermana Mónica. Y sonó su celular.