Viernes, 3 de abril de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › INVESTIGAN A LA COMISARIA DE LOMAS DEL MIRADOR
El joven desapareció hace dos meses. Lo vieron en la seccional de su barrio. Volverán a registrar con canes especializados que ya detectaron su presencia. Reclaman una campaña pública en TV.
Mientras la fiscalía avanza en la reconstrucción de lo ocurrido en el destacamento de Lomas del Mirador, de donde habría desaparecido el joven Luciano Arruga, su familia recibe apoyo de diversos organismos oficiales y funcionarios que reaccionaron ante su ausencia, de la que ya pasaron dos meses. “Necesitamos que la foto de mi hermano salga en televisión, al menos unos segundos”, pide Vanesa Orieta para reforzar la búsqueda. De todos modos, los indicios siguen confluyendo en esa unidad policial del oeste del conurbano, creada al calor de los reiterados pedidos de “mano dura”, encabezados por la agrupación “Vecinos Alerta”.
La fiscal Celia Sejas, de la UFI 1, volverá a recorrer las dependencias del destacamento ubicado en Indart 106 con los perros adiestrados que en el primer procedimiento detectaron que Luciano Arruga estuvo en ese lugar. Junto a una ONG especializada en rastros, sus investigadores quieren verificar la reacción de los canes en un sitio específico. Por otra parte, siguen declarando testigos, pero por la naturaleza del caso y las posibles represalias contra ellos, la fuente consultada por Página/12 prefirió evitar los detalles. En el expediente que investiga Cejas, retomado tras un primer mes inactivo en la UFI 7, estaría probado que a Luciano Arruga lo levantó personal del destacamento desde la calle, a pocos metros de su casa, en el barrio 12 de Octubre, la madrugada del 31 de enero.
Si aún está con vida, Arruga –quien trabajaba en una fundición y en ocasiones cartoneaba– habría cumplido 17 años. Luego de los primeros días de incertidumbre, la familia recibió el dato de un amigo del barrio que habría estado detenido junto con el joven desaparecido, y que asegura haberlo visto en el piso luego de la feroz golpiza que recibieron ambos por parte de los policías.
Su hermana Vanesa junto al abogado Alejandro Bois, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), se reunieron con Roberto Cipriano García, coordinador del Comité contra la Tortura, y dieron una versión detallada de lo sucedido con Luciano. “Es una historia terrible, vamos a acompañar el reclamo a las autoridades provinciales, al gobernador y a la Presidenta, y con los organismos de derechos humanos de La Matanza y los familiares pedimos que se acelere la investigación y se pueda esclarecer el caso”, explicó García en diálogo con Página/12. Por otra parte, dijo que el Comité pedirá informes sobre la causa, sobre todo para saber qué ocurrió con la primera fiscalía que habría actuado de manera ineficiente. A nivel institucional, García agregó que la semana próxima habría un pronunciamiento de la Comisión Provincial por la Memoria, de la que el Comité es parte.
También fueron recibidos por la diputada nacional Victoria Donda, quien les anticipó que desde la Secretaría de Derechos Humanos de la Cámara baja, de la que es secretaria, presentará un proyecto expresando preocupación por la desaparición de Luciano Arruga, y un pedido de informes. “El caso tiene que tomar estado público, y el Poder Legislativo tiene que acompañar al Judicial para que Luciano aparezca”, dijo Donda a este diario. A criterio de la diputada, hay similitudes entre lo sucedido con Arruga y con Ezequiel Demonty. “El barrio fue intervenido por Gendarmería porque una parte lo pidió por la inseguridad, y esa comisaría tiene que ver con el gatillo fácil”, apuntó. “En una democracia de verdad no pasan estas cosas, es un de-saparecido más de un Estado constitucional, y democracia no es ir a votar cada cuatro años, de modo que si pasa esto es que no hay justicia. Cuando hay un caso conmovedor que afecta a la clase media, los medios y los políticos hablan de mano dura; pero nadie dice nada de la complicidad de la policía con el poder político. No creo que los intendentes no sepan dónde venden droga en su distrito, en qué cabaret hay trata de personas, o que algunos policías obligan a los chicos de estos barrios a robar para ellos”, dijo la diputada. Donda también cargó contra algunos medios audiovisuales que “cuando los familiares de Luciano marcharon, el mismo día de la manifestación por el florista de Susana y el entrenador de Coppola, apagaron la transmisión, como si la vida de un pibe de barrio valiera menos”.
Es que Luciano llegó a contarle a su hermana que cuando lo detuvieron por primera vez, en septiembre, los policías del destacamento de Lomas del Mirador lo habían “invitado” a trabajar para ellos, antes de que se negara y de que lo “molieran a palos”. Según afirma Pablo Pimentel, miembro de la APDH, “no es un hecho aislado, en varios barrios humildes los policías reclutan pibes chorros y les liberan zonas”.
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