La Justicia autorizó a Ricardo Barreda a gozar nuevamente del beneficio de la libertad condicional, luego de que un juez aprobara el nuevo domicilio posible que presentó el abogado del femicida múltiple. De acuerdo con la resolución de juez de ejecución penal Raúl Dalto, la liberación del odontólogo condenado a prisión perpetua por asesinar a su esposa, sus dos hijas y su suegra debía ser “inmediata”, por lo que tendría lugar entre el cierre de esta edición y la mañana de hoy. Barreda, de 79 años, se alojará en un departamento de Tigre, ofrecido por un amigo.

El odontólogo platense gozaba del beneficio de libertad condicional en un departamento de Belgrano hasta diciembre del año pasado, cuando la Justicia ordenó que regresara a la Unidad Penal 25, de Olmos, luego de que el estado de salud de Berta “Pochi” André, su pareja y quien se presentaba como garante de su buena conducta, se debilitara y los médicos aseguraran que había riesgos en esa convivencia. En 2014, la resolución del juez Dato se basó en que la situación era “peligrosa” para la mujer.

En 2008, Barreda había sido beneficiado con el régimen de prisión domiciliaria por tener más de 70 años y por su buena conducta en la prisión. En ese momento, se mudó al departamento de André, en Belgrano, el mismo en el que vivió hasta diciembre del año pasado, cuando la Justicia revocó el beneficio de la libertad condicional, al que había accedido en 2011. Para el juez Dalto, en ese momento había una “situación de peligro” que calificó como “inminente”, debido a “la combinación de la presunta debilidad mental de André y el riesgo de provocar una reacción de Barreda”. La mujer, de acuerdo con distintos profesionales médicos, había comenzado a presentar problemas neurológicos, que debilitaban su salud. Además, algunos informes daban cuenta de que la convivencia se había vuelto tensa y que el femicida maltrataba a la mujer. Los asistentes sociales del Patronato de Liberados habían dado cuenta de “un cambio en la relación de convivencia con su pareja Berta André y la imposibilidad de que Barreda siga residiendo en ese domicilio”. “Los informes refieren una situación de riesgo, indicios de demencia senil por parte de André, como así también observan en Barreda un lenguaje despectivo hacia las mujeres y un particular ofuscamiento con su pareja con una marcada preocupación de cómo él puede reaccionar”, detallaron en ese momento los magistrados de la Cámara de Apelaciones y Garantías de La Plata en la resolución del 22 de diciembre del año pasado que ordenó la inmediata detención de Barreda.

André falleció en agosto de este año. Antes de eso, el abogado Gutiérrez ya había presentado una solicitud para que la justicia permitiera que Barreda saliera de prisión y se instalara en una casa del barrio de Lisandro Olmos, que ofrecía una mujer a quien conocía. Sin embargo, el juez no encontró cubiertos todos los requisitos establecidos y negó el permiso. Luego, Barreda presentó un recurso para que le fuera permitido salir de la penitenciaría de La Plata durante el día y regresar cada noche, como si se tratara de un régimen de salidas transitorias. El magistrado no hizo lugar a ese planteo.

En 1995, Barreda fue condenado a prisión perpetua, luego de haber sido hallado culpable de asesinar a escopetazos a su esposa Gladys McDonald, de 57 años, a su suegra, Elena Arreche, de 86, y a sus dos hijas, Cecilia, de 26, y Adriana, de 24, el 15 de noviembre de 1992. Tras perpetrar los asesinatos, Barreda escapó. Reapareció días después, y aseguró que se había ido a pescar todo el fin de semana y, al regresar, había encontrado asesinada a su familia. Sin embargo, las pruebas terminaron demostrando su culpabilidad. Durante el juicio, Barreda dijo que las había asesinado porque lo maltrataban.