Robar el dinero no era suficiente. Por eso, los dos policías vestidos de civil creyeron que lo mejor era llevar una amoladora, cortar y arrancar el cajero automático de la sucursal del HSBC, de Lomas de Zamora, al sur del conurbano, para luego cargarlo en un jeep y llevarlo a algún lugar tranquilo donde pudiesen abrirlo sin apuro. Cuando estaban por comenzar la “operación”, la alarma del banco empezó a sonar y se fueron. En la huida, los dos policías fueron interceptados por otros colegas, quienes los reconocieron como pares y en un acto de compañerismo los dejaron escapar. Pero a las pocas cuadras, otros policías los encerraron y detuvieron a todos, aunque quedaron presos sólo los dos primeros.

El hecho ocurrió entre la noche del domingo y la madrugada del lunes. Los dos policías detenidos eran de la seccional novena de Lomas de Zamora y estaban en actividad. Incluso, uno de ellos se desempeñaba como custodio del banco, ubicado en Meeks 41.

Una vez que los policías entraron a la entidad intentaron sacar con amoladoras uno de los cajeros automáticos ubicados en la entrada del banco, que planeaban llevarse en el jeep con el que llegaron. Pero cuando estaban a punto de poner manos a la obra sonó la alarma y optaron por escapar. A pocas cuadras, los policías fueron interceptados por una patrulla de la seccional primera, pero los efectivos, al reconocer que los sospechosos eran colegas, los dejaron seguir.

Minutos después, otros policías, esta vez de la seccional segunda, los atraparon. El Ministerio de Seguridad informó que en total son siete los policías afectados a la causa.