Miércoles, 21 de junio de 2006 | Hoy
SOCIEDAD › UNA PELEA DE TRANSITO QUE TERMINO CON UN MUERTO
En plena Autopista del Oeste, partido de Ituzaingó, un conductor que manejaba una camioneta F350 le pidió paso, mediante juego de luces, a la Mercedes Sprinter que iba adelante. Como no se corrió, el hombre de la Ford lo pasó por la derecha, y cuando se adelantó, lo encerró. No hubo choques. Tampoco roces. Pero ambos pararon la marcha y se bajaron para comenzar una discusión que terminó con un golpe certero y una caída mortal. El encerrado le pegó un puñetazo en la cara al encerrador, que cayó al piso y perdió el conocimiento al chocar su cabeza contra el asfalto. Doce horas después murió en un hospital de la zona. El conductor de la Sprinter ya fue notificado sobre el inicio de una causa judicial, pero está en libertad por decisión de la fiscal que lleva el expediente.
El domingo último, alrededor de las 12, el veterinario Jorge Kuller, de 55 años y oriundo de Tandil, manejaba su camioneta Ford, modelo 350, por la Autopista del Oeste, mano a Moreno, camino al peaje de Ituzaingó, en el conurbano bonaerense. Iba con su esposa y, al parecer, el matrimonio se dirigía hacia la ciudad de Chivilcoy, donde tenía planeado visitar a unos familiares, con motivo del Día del Padre.
Unos metros delante de la gigante F350 estaba la camioneta Mercedes Benz Sprinter, que manejaba Angel Fernández, de 40 años, quien también viajaba acompañado de su esposa.
La primera camioneta alcanzó a la segunda y Kuller empezó a hacer juego de luces y a tocar bocina –según contaron algunos testigos– para que Fernández pegara un delicado volantazo y se corriera de la vía rápida, y así dejar libre el paso. Pero el conductor de la Sprinter no se movió. Entonces, la F350 lo pasó por la derecha, maniobra que no está permitida, y unos metros más adelante se tiró sobre el vehículo de Fernández y lo encerró.
No hubo roces ni choques. Ni siquiera un simple raspón. Una y otra vez, la Ford amagaba con golpear el lateral derecho de la Mercedes, hasta que ambos detuvieron la marcha, junto a la banquina, en la parte del embudo que se forma en el playón del peaje, unos 60 metros antes de las cabinas.
Kuller bajó de su camioneta y fue a increpar a Fernández, quien, breve discusión mediante, le pegó un puñetazo en la mandíbula al conductor de la F350. Kuller cayó al piso y golpeó, de lleno, su parietal derecho contra el pavimento. En ese momento perdió el conocimiento.
El agresor, al ver que el otro conductor no reaccionaba, se desesperó e intentó reanimarlo, pero al no lograrlo, pidió auxilio a los empleados del peaje, quienes llamaron de inmediato a una ambulancia.
Los médicos trasladaron al hombre hacia el hospital de Haedo, en Morón, pero debido a la complejidad de las heridas, fue derivado al Italiano, en la Capital Federal. Minutos antes de la medianoche, el automovilista murió mientras era intervenido quirúrgicamente, aparentemente por la gravedad del golpe en la cabeza.
En el caso interviene la comisaría tercera de Ituzaingó. El comisario de esa dependencia, José Serdá, explicó a Página/12 que, “aparentemente, Fernández no vio el juego de luces ni reparó en los bocinazos”. “Según la declaración de las esposas, que viajaban con ellos, todo empezó como una clásica discusión de tránsito, que terminó con una fatalidad”, contó.
“Al parecer, el conductor fallecido tuvo fractura del parietal (derecho), al chocar la cabeza contra la capa asfáltica. Ahí quedó desvanecido”, detalló, y agregó: “No hubo armas ni otros elementos, sólo un puñetazo”. Por orden de la fiscal Karina Iuzzolino, el conductor de la Sprinter quedó en libertad y será llamado a declarar en los próximos días.
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