“Un libro es una puerta. Para nosotras que estamos con el cuerpo preso pero el alma libre, el libro nos sirve para volar”, resaltó Ana, que hace ocho años está encerrada en la Unidad Penitenciaria de mujeres Nª3 de Ezeiza. Su celda es el lugar donde, tres o cuatro horas por día, se dedica a la lectura. “Cada vez que leo la biografía de un artista puedo comprender su obra”, comentó a Página/12 durante el anuncio de la ampliación de la biblioteca del penal, que contará con más de 1200 libros nuevos, entre ellos una colección especializada en temas de género y otra sobre temas universales del artista Enrique Aguirrezavala.

El puntapié inicial para que esto se concretara fue “el estímulo dado por el taller de arte La Estampa, donde las chicas que iban a las clases usaban mucho la biblioteca de arte. Ahora conseguimos que puedan hacer uso todas las internas”, explicó a este diario la ministra Silvia Fajre. En este taller las chicas pintan y hacen serigrafía sobre tela y papel y pueden hacer uso libre de los libros de arte, pero ahora, con las donaciones, se sumaron nuevas obras, entre ellas 50 ejemplares de Vivir con Virus, de Marta Dillon (editorial Norma); Mafalda; Hasta siempre mujercitas, de Marcela Serrano; diversos de Isabel Allende, Rosa Montero y Angeles Mastre- tta; Mujeres Alteradas, de Maitena; también el Código Civil, entre muchos otros. Un total de 800 libros pertenecían al artista Aguirrezavala y el resto fueron donados por el Consejo Nacional de la Mujer, el Centro Cultural Recoleta, el Ministerio de Cultura porteño y también editorial Norma.

Ana, de ojos claros, contó que siempre fue una gran lectora, pero “no había leído nada sobre arte”, hasta que comenzó el taller La Estampa. Su celda es el lugar para leer en el tiempo que le queda libre antes de la cena. La otra parte del tiempo la emplea, junto a una decena de chicas, al taller al que asiste “cuatro veces por semana y por el cual cobramos un sueldo por asistir y un incentivo si alguna de nuestras obras se venden”, agregó Silvia, que expuso su trabajo en el Colegio de Abogados.

Paula, morocha de pelo largo, se muestra contenta con la nueva adquisición. “Podemos retirar tres libros para leerlos durante quince días.” Antes de finalizar el encuentro, el tango tuvo un lugar privilegiado con la actuación de Cecilia Aimé, que fue ovacionada por las espectadoras, que tararearon todos sus temas.