Domingo, 18 de marzo de 2007 | Hoy
SOCIEDAD › MATO A LA NOVIA Y AL SUEGRO, Y ATACO A LA SUEGRA
Parece que fue un juego sexual que derivó en tragedia. El novio la mató, luego mató al padre y dejó gravísima a la madre.
Por Carlos Rodríguez
Una lujosa mansión de Santiago del Estero fue escenario de un hecho de ribetes pasionales que provocó la muerte de dos personas y heridas graves a otras dos. El caso, que mantiene en vilo a la provincia, comenzó a las seis de la mañana de ayer con la muerte de Carolina Curi, de 22 años, estrangulada por su prometido, José Deyebra Uñates, de 25. Un vocero policial dijo que la joven tenía una “especie de soga” amarrada al cuello. La misma fuente aseguró a Página/12 que los que conocían a los novios aseguran que se llevaban “muy bien” y por eso no se descarta que la muerte se haya producido durante “algún juego entre ellos, que podría ser de índole sexual”. Cuando advirtió que su novia había fallecido, Deyebra Uñates comenzó a gritar con desesperación, lo que despertó a los padres de la joven, el empresario Carlos Curi, de 72 años, y la contadora Marcelina Vizgarra, de 54, que dormían en una habitación contigua al jardín cerrado donde fue hallado el cuerpo de la chica. Al ser acusado por lo ocurrido, el joven atacó a cuchilladas a sus futuros suegros y luego intentó suicidarse. El padre de la chica murió, mientras que la madre y el joven están internados en grave estado. El chico tiene dos balazos en la cabeza, lo que pone en dudas la versión del intento de suicidio.
Los Curi son cinco hermanos muy conocidos en Santiago del Estero, la mayoría de ellos dedicado al negocio de la construcción. El viernes por la noche, en la casa del matrimonio Curi, en Belgrano Sur 733, pleno centro de la capital provincial, hubo “una reunión familiar, no una ‘fiesta’”, remarcó la fuente policial consultada por este diario, como si decir fiesta significara un preconcepto malintencionado. El encuentro había sido organizado por los novios y habían concurrido amigos de la parejita, además de los padres de la joven. Cuando las visitas se retiraron, el joven Deyebra Uñates se quedó a dormir en la habitación de su novia.
Cerca de las seis de ayer, el novio, a quien llaman “Pichi”, despertó a los padres de la chica con sus gritos. El padre fue el primero en llegar al jardín de invierno ubicado en los fondos de la vivienda. Allí comprobó que su hija, vestida con ropa de cama, estaba muerta. Los dos hombres discutieron y el joven, tomando un cuchillo de cocina que había en la casa, primero apuñaló al padre y después a la madre. Curi murió poco después en el Hospital Regional Carrillo, a donde fue llevado junto con su esposa, que sigue internada. Al escuchar el griterío, la mucama de la casa, Beatriz Jerez, de 41 años, que también dormía en el lugar, salió a la calle desesperada, en ropa interior, y dio aviso a los ocupantes de un móvil de Comando Radioeléctrico de la policía santiagueña.
Cuando los policías entraron en la casa, “Pichi” se había atrincherado en una de las habitaciones, a la que cerró con llave desde adentro. Según la información policial, cuando intentaban persuadirlo para que se entregara, se escucharon dos disparos. Los agentes de policía pidieron auxilio al Grupo Especial de Trabajo y Operaciones de Alto Riesgo (Getoar), cuyos miembros forzaron la puerta y encontraron a Deyebra Uñates, estudiante de abogacía, herido, en el piso. Una fuente policial confirmó que tenía “dos balazos en la cabeza”, uno a la altura de los ojos y el otro en el parietal izquierdo. Está internado en el Sanatorio Alberdi y su estado es desesperante.
La esposa de Curi tuvo que ser operada en el Hospital Regional y ahora está internada en terapia intensiva. Su estado es crítico. Cuando los peritos policiales entraron en la casa, encontraron un reguero de sangre, incluso cerca de la puerta de entrada. El cuerpo de la joven estaba en el jardín cerrado. Tenía el rostro de color morado y con otros signos claros de ahorcamiento. En la habitación de la joven, donde habían estado los novios, encontraron una especie de soga, una máscara, un consolador y vaselina, lo que hace presumir a los investigadores que los jóvenes estaban realizando “algún juego de índole sexual y en esas circunstancias se produjo la muerte de ella”, estimó la fuente policial consultada por este diario. En el caso interviene el juez Ramón Tarchini Saavedra, quien al retirarse del lugar dijo a la prensa que es “un caso muy difícil”. Al parecer, la muerte de la joven se habría producido horas antes de que su novio comenzara a gritar. El juez adelantó que se realizarán pruebas de parafina en las manos de Curi, para determinar si fue él quien disparó contra Uñates.
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