“Siempre hemos dicho que el aborto es un problema de salud pública y por eso el gobierno del DF tiene que enfrentarlo”, sostiene Martha Lucía Micher, directora general del Instituto de las Mujeres (Inmujeres) del Distrito Federal mexicano. El 25 de abril le tocó a ella ir a la Suprema Corte de la Nación a defender la ley de despenalización del aborto frente a sus once magistrados, que deben resolver un pedido de inconstitucionalidad de la norma, presentado desde el Gobierno Federal –de derecha– que preside Felipe Calderón. La argumentación de Micher se centró en el derecho a decidir como un derecho humano de las mujeres. “Sería una controversia constitucional decir que defendemos los derechos humanos de las mujeres menos ése”, dice en diálogo con PáginaI12. El Inmujeres está ubicado en el centro del DF, sobre una calle comercial, bulliciosa, a unas cinco cuadras de la plaza del Zócalo.

Micher es pedagoga y educadora popular, militante del movimiento de mujeres, fue diputada en el estado de Guanajuato y luego en el Parlamento federal.

Del debate por la despenalización que se dio a partir de 2006, cuando se abrió la discusión en la Asamblea Legislativa del DF, Micher rescata el “proceso de develación” que acarreó. “Salió a la luz el aborto como una demanda de las mujeres, como una realidad que no se podía tapar. Se empezó a hablar de la mortalidad materna asociada a las condiciones insalubres en que se realizaban los abortos y a las diferencias de clase que implicaba: para las que podían pagarlo, el procedimiento era seguro, para las demás, inseguro. Fue un gran logro que se hablara de todo esto.”