La iniciativa de levantar un club con la bandera del Che, o levantar al Che con la bandera de un club, partió de Omar Sosa, un fotógrafo de 41 años, que llegó de Tucumán cuando tenía 10. “Vine en el ’77, por cuestiones familiares y políticas, porque mis primos eran montoneros cuando Bussi era gobernador. Hoy me da bronca verlo juzgado por televisión, porque uno siente que no hay justicia si es ahora. Aunque yo era chico, me quedaron imágenes grabadas, de casas bombardeadas o ropa de bebé manchada con sangre. Después de eso, no pude volver a mi provincia.” Sobre el potrero combate ahora, a punta de botín y fuerza de boletín. “Todo parece más fácil que en la época del Che. Con ser honesto, uno ya es revolucionario.”