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Con esta decisión Piñera se refirió por primera vez al tema que había levantado polémica dentro de la sociedad chilena gracias a las propuestas de indulto entregadas por la Iglesia Católica y la Evagélica para entregar beneficios carcelarios sin distinguir entre militares y civiles. Mediante cadena nacional, el mandatario destacó el espíritu de reconciliación que buscaron las instituciones religiosas, pero añadió que las propuestas "siguen generando divisiones y tensiones entre los chilenos". De hecho, la iniciativa de ambas iglesias tuvo un cerrado rechazo de las agrupaciones de derechos humanos y la oposición de centro izquierda.

"He llegado al convencimiento de que no es ni prudente ni conveniente en los actuales tiempos y circunstancias promover un indulto general", dijo Piñera, agregando que hará uso de la facultad de entregar beneficios caso a caso con consideraciones de carácter humanitario.

Según anunció el presidente, se tendrán en consideración situaciones como la avanzada edad y enfermedades y también quedarán fuera de cualquier beneficio quienes hayan reincidido al cometer delitos.

Al finalizar el anuncio, Piñera aseguró que mantendrá los compromisos adquiridos durante su campaña por "combatir la delincuencia, el narcotráfico e inculcar en la sociedad un profundo respeto por los derechos humanos".

Aunque no se refirió específicamente a los ex militares condenados por violaciones a los derechos humanos, al excluir a quienes cometieron crímenes de lesa humanidad Piñera trató de cerrar el debate generado en la sociedad chilena.