Viernes, 5 de junio de 2015 | Hoy
18:43 › LAS MISMAS RECETAS DE SIEMPRE
El primer ministro, Alexis Tsipras, aseguró, sin embargo, que la solución está "más cerca que nunca" y advirtió que su gobierno había vuelto a presentar una amplia propuesta con la que expresa su "franca voluntad" por poner punto final a la crisis: "Tras cinco años necesitamos una solución que acabe definitivamente con el debate sobre una salida de Grecia" de la eurozona, subrayó.
Tras rechazar las propuestas elaboradas por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Francia, François Hollande, y que cuentan con el aval del Banco Central Europeo (BCE) y el FMI, Tsipras presentó una contrapropuesta que contempla medidas de ahorro menos rigurosas, una nueva refinanciación de la deuda y un plan de inversiones.
Según una encuestra de la empresa Alco, publicada en el portal "Newsit", el 74 por ciento de los griegos se declaró a favor de permanecer en la eurozona, mientras que el 18 por ciento dijo preferir regresar al antiguo dracma griego.
El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, por su parte, ve con escepticismo un rápido acuerdo. El ministro de Finanzas holandés consideró que el gobierno griego todavía está lejos de poner en orden la economía y las finanzas del Estado. "Todavía estamos muy lejos y amenazan con apartarse más", agregó.
En vista de la falta de progreso en la negociación, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, criticó de forma inusualmente dura a la coalición de izquierdas Syriza, de Tsipras, y afirmó que Atenas "crispa mucho". Si bien reconoce que el actual Ejecutivo, en el poder desde enero, asumió como herencia un enorme lastre, dijo que era incomprensible que los hombres más ricos hayan conseguido en plena crisis sacar más de 120.000 millones de euros fuera de Grecia y que las grandes navieras no tributen. "Estoy hasta la coronilla", añadió Schulz.
Atenas, en tanto, rechaza los recortes en las jubilaciones y los sueldos, así como las privatizaciones propuestos por los acreedores, que exigen que Grecia implemente una serie de reformas para destrabar el tramo de ayudas pendientes, de 7200 millones de euros. Tsipras está dispuesto a subir los impuestos y crear tasas extraordinarias, como el impuesto solidario o el impuesto al lujo, que aportarían a las arcas públicas 1800 millones de euros, pero no a hacer los recortes de los acreedores, que supondrían 3000 millones de euros.
En su lucha contra la cesación de pagos, Atenas ha conseguido un respiro tras acordar esta semana con el FMI que saldará todas las cuotas de junio de una sola vez, a finales de mes, cuando tendrá que desembolsar 1600 millones de euros.
En tanto, en Berlín el gobierno rechazó las especulaciones sobre desavenencias entre Merkel y su ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble. "La canciller y el ministro de Finanzas trabajan muy bien juntos", dijo el portavoz gubernamental Steffen Seibert, sobre todo en el tema de Grecia. Y de forma similiar se manifestó el vocero de Schäuble, Martin Jäger: Ambos trabajan de forma estrecha y con plena confianza, e insistió en que Schäuble sí había sido informado de la minicumbre en Berlín con Tsipras, desmintiendo así al diario "Bild", que había señalado que Merkel había organizado la reunión sin informar a Schäuble.
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