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Siete universidades del Gran Buenos Aires se aliaron para crear la Red de Universidades Nacionales del Conurbano Bonaerense (Runcob). El acuerdo busca coordinar distintas actividades, como la articulación de la oferta académica y los cursos de ingreso, y establecer algunos ejes sobre los que trabajar en profundidad como la investigación, la vinculación tecnológica, la gestión y el planeamiento institucional. “El acuerdo es de tipo operativo y no político”, aclaró el rector de la Universidad de Tres de Febrero, Aníbal Jozami.

“Estas universidades tenemos problemáticas comunes sobre las que podemos trabajar con la cooperación como eje”, dijo a Página/12 la rectora de la Universidad Nacional de Lanús, Ana Jaramillo. Del acuerdo también participan las universidades nacionales de Lomas de Zamora, Quilmes, General Sarmiento, San Martín y La Matanza. “La idea es articular distintos temas y no superponer ofertas académicas, por ejemplo. No tiene caso que en Lanús se ofrezca la carrera de Derecho cuando ésta se dicta en Lomas”, explicó Jaramillo.

La Runcob se propone interactuar con las escuelas medias para mejorar el paso de los estudiantes al nivel superior, crear un catálogo de oferta académica y de investigaciones, implementar codirecciones y carreras conjuntas. Algunos de estos emprendimientos ya están en marcha, como el Doctorado en Educación realizado en conjunto entre la UNLa y la Untref.

Uno de los principales problemas que pretende enfrentar la red es el del ingreso en la universidad. Aníbal Jozami destacó que “buscar equivalencias en los cursos de ingreso existentes en las siete universidades es uno de los objetivos para mejorar los sistemas en funcionamiento”. A su vez, el rector de la Untref destacó que la red servirá fundamentalmente para “coordinar los espacios académicos y no encimarse, para poder establecer un desarrollo compatible”. La rectora de la UNLa consideró que “el proceso fue de abajo hacia arriba y eso enriquece mucho la propuesta. Los secretarios académicos de las facultades se fueron reuniendo y elaborando el plan de trabajo”.

La oferta de carreras de las distintas instituciones es un detalle no menor del acuerdo, ya que hay que “articular en función de las necesidades del país –aseguró Jaramillo–. Las universidades tienen disciplinas y la sociedad problemas, y articular la oferta de carreras en base a estos problemas es el objetivo. Por dar un ejemplo, en la UNLa tenemos carreras disciplinares como Políticas Públicas o Seguridad Ciudadana que surgen a partir de la detección y el análisis de algunos de estos problemas sociales”.

“El acuerdo no es de carácter político, sino operativo –dijo Jozami–. No somos un bloque político que lleva posiciones en común al Consejo Interuniversitario Nacional.” La reflexión surge a partir de la distribución de la pauta presupuestaria que se realiza en el CIN, entidad que reúne a los rectores de todas las universidades del país. Las casas de estudios bonaerenses, relativamente nuevas, ven cierto “desfasaje con la realidad. A la UBA, las universidades del conurbano le descentralizan la demanda del estudiantado y esto no se traduce en la asignación presupuestaria. Entre las siete casas de estudio debemos contar con 120 mil estudiantes que, seguramente, antes hubiesen terminado en la UBA”, estimó la rectora de la UNLa. Para Jozami, la discusión en sí no tiene que ver con una toma de posición conjunta sobre el presupuesto, sino que “hay que discutir y terminar de planificar el sistema universitario en su conjunto”.

A partir de la creación de la Runcob por estas siete universidades comenzaron a acercarse otras instituciones. “La Universidad Tecnológica de Avellaneda y la Universidad Nacional de Luján son dos de ellas”, contó Jaramillo, y concluyó: “Las universidades tenemos una deuda hacia la sociedad que nos exige dotarla de los recursos humanos que sirvan para tratar sus problemas”.