Tras la abrupta salida de Enzo Trossero como entrenador, los dirigentes de Godoy Cruz se abocaron a la búsqueda de un reemplazante joven, alguien que se animara a conducir un proyecto que afirmara al club mendocino en Primera División. Después de varias consultas, optaron finalmente por Omar Asad, que con 38 años trabajaba como DT en la reserva de Vélez y deseaba una oportunidad en el fútbol grande. Y hasta ahora, todo parece indicar que la elección fue la correcta: el equipo cuyano está puntero e invicto en el Clausura, al cabo de siete fechas, de la mano de un patrón de juego que combina el orden táctico y el sacrificio con pinceladas de buen juego. Sin embargo, el Turco prefiere no entusiasmarse con los buenos resultados obtenidos en arranque del torneo y trata de mantener la calma. “La idea es sumar y alejarse de la zona de descenso directo. Vamos de a poco, partido a partido. Todavía no podemos pensar en el campeonato”, señaló el ex delantero velezano en una charla con Página/12. Asad reconoció también estar “sorprendido” por el presente de sus dirigidos. “Sabía que íbamos a encontrar un funcionamiento, pero no esperaba que las cosas salieran tan bien desde el arranque”, admitió.

–Transcurridas siete fechas, ¿puede decirse que Godoy Cruz está para campeón?

–Estamos para seguir peleando partido a partido. No podemos decir otra cosa. Estoy más que conforme con el rendimiento que tuvimos hasta ahora, pero no puedo prometer nada. Decir que estamos para campeones sería anticiparme demasiado. Tal vez, si mantenemos este nivel, podemos seguir en la pelea, pero nada más. Todavía no ganamos nada.

–¿El objetivo principal pasa entonces por mantener la categoría?

–Sí, es así. La meta que nos fijamos es sumar una buena cantidad de puntos en este campeonato para no tener problemas con la Promoción ni con el descenso. A eso vinimos. Lo que pasa es que los resultados se nos dieron de entrada y hay mucho entusiasmo, pero seguimos jugando el campeonato de la permanencia. Eso lo tenemos claro.

–Pero entonces, ¿lo sorprende este arranque?

–En parte sí. No esperaba que las cosas salieran tan bien desde el principio. Todo se dio muy rápidamente. Cuando asumí y empezamos a trabajar en la pretemporada me di cuenta de que había buen material, y que se podían conseguir los resultados que necesitábamos. Pero creía que el equipo aparecería en la mitad del torneo. Pero los tiempos se acortaron positivamente, y eso sí que me tomó por sorpresa.

–¿El plantel está en condiciones de sostener este rendimiento hasta el final del Clausura?

–El grupo está bien y convencido de lo que quiere. Es un plantel joven, el jugador más experimentado que tenemos es Jairo (Castillo), pero lo llevamos bien. Si seguimos por este camino y no nos apuramos, vamos a pelar hasta el final del campeonato.

–¿Cómo describiría a Godoy Cruz en términos de identidad futbolística?

–Somos un equipo agresivo y ordenado que sale a dar batalla en todos lados. Esas son nuestras características de juego.

–Y usted, ¿qué tipo de entrenador es?

–La verdad es que estoy definiendo mi perfil con técnico de Primera División, estoy encaminado en la construcción de mi propia identidad, de mi estilo. En principio, trato de estar en todos los detalles y de ser un buen conductor de grupo. Hacia eso apunto, y espero poder conseguirlo.

–¿Pero por qué los dirigentes de Godoy Cruz se decidieron por alguien con tan poca experiencia?

–Los dirigentes vieron algunos partidos de la reserva de Vélez que dirigía, sobre todo cuando jugamos contra Godoy Cruz. Les gustó la forma como jugaba y se ordenaba ese equipo. Preguntaron por mí, averiguaron algunas cosas, me llamaron, y en cuestión de horas nos pusimos de acuerdo. Así me fui a la pretemporada con el equipo. Además, el club tiene la política de buscar entrenadores jóvenes, ya lo habían hecho con (Diego) Cocca hace dos años y ahora me dieron la chance a mí.

–¿Cuáles son los mejores equipos del fútbol argentino?

–Estudiantes, Vélez y Banfield, el resto están todos en un nivel muy parejo. A veces uno que otro sobresale, pero en líneas generales el fútbol argentino es muy parejo, cualquiera puede ganarle a cualquiera.

–Jugó en el Vélez campeón de Carlos Bianchi. ¿El ejerció una influencia importante en su formación como entrenador?

–Sí, pero no fue el único entrenador que influyó en mí de forma positiva. Tomé varias cosas de él, pero también de otros. Eso es algo que nos pasa a todos los ex jugadores que decidimos ser técnicos, vamos asimilando conceptos y actitudes de quienes nos dirigieron, y así armamos un estilo propio, un perfil de trabajo.

–Usted no hizo divisiones inferiores, pasó de jugar por plata en Ciudad Evita a la reserva de Vélez y poco después debutó en Primera. ¿Cuánto de lo que adquirió en el potrero vive aún en el DT que hoy intenta ser?

–Muchas cosas, pero sobre todo la postura de lucharla siempre. Hay que darlo todo hasta el final. Nunca se debe regalar nada. Eso es lo que aprendí cuando era pibe en Ciudad Evita, así viví el fútbol como jugador profesional y es lo que ahora procuro inculcar como técnico.