Un día después del Grand Prix de Bahrein de Fórmula 1, José María “Pechito” López dio la cara. “No vi la carrera, me fui a hacer cosas con mi viejo. Si no estoy corriendo, no miro mucho automovilismo.” Un día después de iniciado el Mundial 2010 de la F-1 el piloto cordobés intentó explicar por primera vez por qué no corre en la máxima categoría del automovilismo mundial pese a haberlo anunciado el 25 de enero pasado en la Casa de Gobierno, después de una reunión con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y uno de los dueños del equipo USF1 para el que iba a manejar. “No vamos a bajar los brazos. No tengo nada concreto, pero tendrá que ser algo muy en firme”, señaló, aunque tal posibilidad no exista hoy en la Fórmula 1.

López no habrá visto la carrera de Bahrein, pero demostró estar bien al tanto de los resultados, lo que puso de manifiesto con algunos comentarios sorpresivos. “La verdad es que ahora no sé si fue tan malo no haber estado en Bahrein –afirmó–. Correr para estar último a 9 segundos de la punta no sé si vale la pena”, señaló el cordobés, como si lo hubiera asombrado la evidencia del abismo competitivo entre los equipos ya establecidos y los nuevos. “No me habría servido siquiera ser tester del equipo Hispania, porque dieron muy pocas vueltas y yo no habría girado siquiera”, subrayó.

En lo que se pareció a una blanda autocrítica por la frustración del sueño, López y su entorno –su padre, el negociador Felipe McGough y el ex piloto Víctor Rosso– insistieron en que se trató de “un problema de confianza. Llegamos muy lejos en las negociaciones, pero nos jugaron una mala pasada cosas que no podíamos manejar. Yo creo siempre en la gente, pero nos ocultaron cosas”, señaló en el noveno piso del Automóvil Club Argentino, que apoyó el proyecto, aunque ningún dirigente estuvo presente en la cita.

López evitó referirse a Peter Windsor y Ken Anderson, los dueños del fallido equipo estadounidense USF1, que no pudo terminar de construir sus autos y no correrá el Mundial 2010. “Yo no quiero opinar si nos estafaron o no. Yo me ocupo sólo de lo mío. Yo cumplí, me dediqué a estar al ciento por ciento físicamente y lo conseguí. Pero cuando llegué a Charlotte a mediados de febrero me di cuenta de que no era cierto lo que nos habían dicho. Había un auto dando vueltas, pero era obvio que no llegaban. Hasta a la FIA engañaron. Después de eso, algunos días al levantarme me sentía 20 metros bajo tierra.”

El cordobés insistió en que no tiene “nada que reprocharle” a su entorno y se ilusionó con “ser tester ya este año de algún equipo asentado en la Fórmula 1, para poder mostrarme, que me vean, tratar de sobresalir y llamar la atención de otros equipos. Pero tiene que ser este año, porque ya el que viene voy a tener 28. Y no tiene que quedar nada librado al azar”. El panorama actual de la Fórmula 1 no sugiere que tal posibilidad vaya a abrirse a corto plazo, aunque el piloto cuenta un secreto: “Nos han dicho que muchos pilotos no van a llegar a fin de año, así que no sería malo estar cerca”.

López va a volver a correr en el TC2000 desde este domingo, en Punta del Este, y no descartó volver al Turismo Carretera y al Top Race. “Para correr en autos de Turismo, me quedo en la Argentina”, afirmó. “La decisión es seguir, porque hoy me siento dentro de la Fórmula 1, pero con un proyecto serio que siga en 2011”, insistió.

“Nos dejamos llevar por el entusiasmo de llevar a Pechito a la Fórmula 1 –aceptó Rosso, el jefe del equipo Petrobras, donde López corre en el TC2000 y uno de los que negoció en su nombre–. Después de Carlos Reutemann, él es el piloto más talentoso que tuvo la Argentina. Pero, lamentablemente, tuvo mucha mala suerte. Somos los responsables, pero no nos sentimos culpables.”