Domingo, 21 de marzo de 2010 | Hoy
DEPORTES › BOCA Y RIVER SE ENFRENTAN EN LA BOMBONERA A PARTIR DE LAS 15
Los tradicionales rivales volverán a verse las caras, pero esta vez no habrá objetivos grandes en juego. Por el contrario, los dos llegan necesitados, en especial el conjunto de Abel Alves.
Boca y River volverán a verse las caras. Con una realidad muy diferente a la que marcan sus ricas historias, pero con la pasión y la importancia de siempre, el superclásico del fútbol argentino se reeditará en la Bombonera, con varios condimentos que lo convierten en un juego muy especial.
Con la punta del Clausura muy lejos en el horizonte de ambos, el objetivo de Boca y River en este clásico pasa por otro lado. Para el equipo de Alves, la prioridad es escapar de los últimos lugares, ya con el alivio que significó la caída de Atlético Tucumán ante Estudiantes, circunstancia que evitará que Boca pueda quedar último, más allá de una eventual caída. Pero a esta altura, la victoria es fundamental, sobre todo para despejar dudas y retomar la tranquilidad perdida.
En lo que va del certamen, Boca apenas sumó un triunfo en nueve partidos y ya lleva siete jornadas sin victorias, con dos caídas consecutivas. Esos números se traducen en la peor campaña del club en los torneos cortos. Ante semejante panorama, más la ola de rumores que se instalan cuando los resultados no llegan, el clásico llega en un momento clave: un triunfo puede significar recuperar serenidad para iniciar el despegue, al tiempo que una derrota puede decantar en una peligrosa profundización de la crisis. Para buscar la recuperación, Alves seguirá apostando a los cambios, con las llamativas presencias como titulares de Hugo Ibarra y Matías Giménez, hasta este encuentro sin ser tenidos en cuenta. Y además, tendrá a Martín Palermo, que se convertirá en máximo goleador de la historia de Boca si anota un gol.
Del otro lado, River consiguió aire con su triunfo ante Huracán, pero su presente no es demasiado más cómodo que el de su rival. Si en las diez jornadas que restan no mejora su productividad, el equipo de Astrada arrancará el próximo torneo con el peor promedio. Por eso, la importancia para River pasa por su propia necesidad. Eso sí, sin olvidar que una victoria sería profundizar los problemas en el clásico adversario, por más que el deseo de Astrada de dejar a Boca último ya no podrá ser posible.
En cuanto a lo futbolístico, la idea de Astrada es afirmarse en el fondo, con una línea de cuatro a la que regresará Gustavo Cabral, y con un mediocampo con mucho combate, a partir de lo que generen Matías Almeyda y Oscar Ahumada. Adelante, la apuesta seguirá siendo con dos centrodelanteros, como Gustavo Canales y Rogelio Funes Mori. Además, el técnico seguirá confiando en Marcelo Gallardo para la conducción, con el antecedente fresco de los dos goles de tiro libre que anotó en los dos últimos superclásicos.
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