Domingo, 10 de septiembre de 2006 | Hoy
DEPORTES › LA AFA CONTRA “CLARIN” Y TYC
Los clubes pretenden un aumento en los ingresos que perciben por la televisación.
Por Gustavo Veiga
Las negociaciones para fijar el precio del fútbol televisado por cable, que es el verdadero filón, están haciendo crujir los cimientos de la AFA. Además, pueden ser la llave maestra para que las economías de los clubes reciban un alivio en los próximos años o se profundice su situación de crisis. De un lado, los dirigentes liderados por Julio Grondona, y del otro, el grupo Clarín más Torneos y Competencias se han estancado en un tira y afloje donde la diferencia en las cifras es sideral. Los primeros, con los directivos de Boca como fogoneros, pretenden un aumento que supere con holgura los 56,5 millones de pesos otorgados para el período 2006-2007. Sacaron cuentas y el pedido no bajaría de 180 millones anuales, que deberían sumarse a los 93,5 pagados hasta ahora para la temporada anterior. Unos 273,5 millones de pesos.
La médula de esta discusión pasa por la cantidad de abonados al sistema de cable (ver recuadro), que, para los asesores de Grondona en el tema, ronda los 5 millones. Basados en ese número, los dirigentes hacen el cálculo que los aproxima a la suma que proyectan cobrar. Argumentan que, a 3 pesos por abono, la multiplicación arroja 15 millones por mes, o sea, aquellos 180 millones por temporada. “La negociación se puso terriblemente difícil. Todo cambió desde que Clarín avanzó en el negocio del cable”, le confesó a Página/12 uno de los hombres que maneja la AFA mientras Grondona permanece en Europa. El presidente se encuentra en Italia para visitar a familiares y esta semana viajará a Suiza, donde mantendrá varias reuniones en la FIFA. Su regreso al país está previsto para el 18 de septiembre.
“Tienen los derechos (por el contrato firmado hasta el 2014), pero no el precio. Y nosotros sabemos que Multicanal está por unificarse con Cablevisión. Hicimos averiguaciones con consultoras, compramos información y eso nos hizo concluir que a los clubes les falta plata, aunque no necesariamente se la roban”, amplió el dirigente la idea. Es evidente que, por primera vez en muchos años, quizá tantos como los que pasaron desde el primer contrato entre la AFA y TyC, firmado el 28 de junio de 1985, los clubes dijeron basta. Y hay dos hechos que ratifican su inesperada posición de fuerza.
De otro modo, no se comprendería por qué rechazan ahora lo que habían aceptado el martes 15 de agosto, cuando en una reunión del Comité Ejecutivo de la AFA aprobaron en principio el aumento de 56,5 millones de pesos que llevaba los 93,5 hasta 150 millones. No se sabe qué es más extraño; si esa decisión o el arrepentimiento posterior ante la propuesta de TyC y Televisión Satelital Codificada (TSC).
El siguiente episodio que resulta insoslayable es el modo que escogió Grondona para rebobinar la cinta de lo que, junto a sus pares, había consensuado hace 26 días. En un texto publicado a una columna en la página web de la AFA, el interminable dirigente sostenía el 1 de septiembre: “Estamos renegociando. Recibimos una propuesta y la tenemos en estudio. En principio, debo decir que no colma nuestras aspiraciones. Y que, como ocurre en toda tratativa, hay ofertas, contraofertas, puntos de contacto y otros de desacuerdo. Optimista como soy por naturaleza, confío en que alcanzaremos una mejor solución; la que de una manera más fehaciente contemple los supremos intereses de todos los clubes, porque la AFA es la suma de todos los clubes”.
Este escrito, que se titula “Julio Grondona, la verdad y la realidad”, con una sugestiva volanta que dice “Pone los puntos sobre las íes”, no tiene desperdicio por las definiciones que enumera en torno del tema de la TV. Si el hombre que gobierna la AFA desde abril de 1979 cumpliera con ellas, y las empresas que poseen los derechos del fútbol hasta el 2014 no mejoraran sustancialmente su oferta, estaríamos ante un conflicto de final impredecible.
Otro párrafo señala hasta dónde las palabras de Grondona no parecen las del hombre que el 9 de septiembre de 1999, hace exactamente 7 años, sostenía en un reportaje que “fuimos unos afortunados cuando nosotros hicimos aquellos primeros contratos...”. Hoy, su discurso abandonó el tono conciliador: “Las empresas de cable, tres de ellas, las que podríamos denominar ‘madres’ y varias más, si se me permite el término ‘satélites’, conocen muy bien nuestra postura. No es fácil unificar criterios entre tanta gente. Pero mucho más difícil, diría imposible, y ellos (los empresarios) lo saben muy bien, es que nosotros cambiemos de parecer. Mis mandantes no ignoran, porque me conocen de toda una vida, que vamos a lograr lo mejor para el fútbol argentino todo. Eso es definitivo.”
Casi en el epílogo de su extensa perorata, Don Julio –más Don Julio que nunca– apela a una metáfora boxística: “Para ser gráfico, bien podría decir que estamos peleando en el centro del ring y que tenemos la guardia levantada”. Este largo mensaje Grondona confiesa que lo escribió sobre el avión, en el viaje hacia Londres, donde la Selección Argentina cayó por 3 a 0 contra Brasil. Por cierto tono afectado que utiliza, es probable que haya contado con la colaboración de un escriba más erudito, aunque también se nota su impronta en algunas críticas a sus detractores (“confunden melones con zanahorias”, señala).
El camino que eligió para difundir su pensamiento sobre un tema tan crucial como la negociación por los contratos de TV llama mucho la atención (también hizo aclaraciones sobre el vínculo con la corporación rusa Renova). Optó por un mensaje elaborado en lugar de lo que podría haber sido una imprevisible conferencia de prensa. Que se recuerde, en 21 años de estrecho vínculo comercial con los verdaderos dueños de la pelota, el presidente de la AFA nunca se había plantado así, “en el centro del ring”, como él desafía. Un hecho que demuestra hasta dónde se embarró la cancha en la que juegan su partido definitorio estos pesos pesado.
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