Jugaron los bajitos y el fútbol, de tan bajito, no existió. La Selección Argentina perdió 2-1 ante España, en Murcia, y el resultado es irreprochable. El equipo nacional jugó un pobre partido, fue superado por los españoles durante gran parte del primer período y especialmente en el complemento, y si pudo reaccionar después de haber sufrido el primer tanto del partido, empatando casi al instante, no logró revertir el resultado en el complemento. Si Alfio Basile es consecuente con sus principios futboleros, de lo que no hay por qué dudar, no debe estar preocupado ante lo que fue una mala noche; especialmente, si tiene en claro las razones por las cuáles cayó el equipo. Pero el segundo ensayo –sin trabajo previo, casi en las condiciones en las que jugaba la Selección en la era pre ’74– no dejó aspecto satisfactorio alguno.

A saber: la actitud de la Selección no estuvo acorde con su declarada vocación ofensiva. De los “bajitos” que sostuvo Basile, solo brilló, de a ratos, Lionel Messi, más tirado atrás, como armador, de a largos ratos, que como delantero neto. Tevez tuvo un flojo desempeño, acorde con el momento que vive y sólo el atacante del Barcelona estuvo punzante, aun cuando sigue faltándole la última puntada en la mayoría de las jugadas. En el segundo tiempo entraron Saviola y Agüero: no le aportaron nada al equipo.

Aun sin Riquelme, la Argentina careció de velocidad. Sin el volante del Villarreal, le faltó un armador neto: Insúa no cumplió ese papel, pero tampoco le dio al equipo su característica dinámica. Es cierto que la temprana lesión de Maxi Rodríguez lo dejó sin auxilio en esa zona del campo, y que la fuerte presión de España –que se jugaba un verdadero compromiso frente a la Argentina después de sus últimas, pobres actuaciones– en el medio limitó enormemente el despliegue. Pero la Argentina no tuvo variantes como para alterar el curso del juego.

España dominó claramente en la primera media hora del partido, pero la más clara jugada de riesgo la tuvo Messi, a los 32, con un remate que salió muy cerca de un palo. Los españoles respondieron con la apertura del marcador, un sablazo de Xavi desde afuera del área, a un ángulo, inatajable para Abbondanzieri.

Argentina empató al minuto y medio: jugada combinada por derecha, toque corto de Insúa, remate de Bilos (que había entrado por Rodríguez) junto a un palo. Tan rápida reacción despertó al equipo, que dispuso de los últimos 10 minutos del período en los que controló el balón. Pero nada de ese dominio se mantuvo en el complemento: Somoza reemplazó a un intrascendente Luis González para colaborar con un ajetreado y no siempre efectivo Mascherano en tratar de recuperar mejor la pelota en el medio, pero España fue dueño absoluto del segundo tiempo.

El ingreso de Aimar no alteró el desarrollo del encuentro, vino la jugada del presunto penal de Ayala (con Messi, el mejor jugador argentino) a Iniesta que Villa, el mejor jugador de España, transformó en el 2-1. Si el penal fue discutible, el resultado no: los españoles pudieron ampliar en el final cuando, como contra Brasil, la Argentina decayó marcadamente su rendimiento.

2-ESPAÑA

Reina; S. Ramos, Juanito, Pablo, Capdevila; Angulo, Albelda, Xavi, Iniesta; Torres, Villa.

DT: Luis Aragonés.

1-ARGENTINA

Abbondanzieri; Zabaleta, Ayala, Milito, Arruabarrena; Mascherano, González, Insúa, M. Rodríguez; Messi, Tevez.

DT: Alfio Basile.

Estadio: Nueva Condomina (Murcia).

Arbitro: Laurent Duhamel (Francia).

Goles: 33m, Xavi (E); 35m, Bilos (A); 64m, Villa (E), de penal.

Cambios: 17m, Bilos por M. Rodríguez (A); 46m, A. López por Capdevila (E), Xabi Alonso por Albelda (E) y Somoza por González (A); 56m, Aimar por Insúa (A); 57m, García por Torres (E); 62m, Saviola por Messi (A); 72m, Agüero por Tevez (A); 76m, Fabregas por Angulo (E).