Jueves, 12 de octubre de 2006 | Hoy
EL MUNDO › EN LA ULTIMA ENCUESTA EL PRESIDENTE DE BRASIL SACO DOS DIGITOS DE VENTAJA
A pesar de la impresión generalizada de los especialistas, quienes dieron al candidato socialdemócrata como ganador del debate del domingo pasado, un sondeo realizado esta semana muestra que Lula creció en la intención de votos. Alckmin minimizó el daño y dijo que el cambio de tendencia fue tan sólo “una pequeña oscilación”.
Por Darío Pignotti
Desde San Pablo
Con más vidas que un gato. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva tuvo un crecimiento de 4 puntos en las pesquisas de opinión realizadas luego de su opaco desempeño en el debate ante el candidato socialdemócrata Geraldo Alckmin. De acuerdo con el sondeo publicado ayer por el diario Folha de Sao Paulo, el mandatario y aspirante a la reelección cuenta con el 51 por ciento de las intenciones de voto, mientras su rival recoge el 40.
La noticia cayó como una ducha de agua fría en el cuartel general del Partido de la Socialdemocracia Brasileña, comentó ayer el columnista Nerval Pereira, de la cadena O Globo. Y es que los electores contradijeron las expectativas de acortar distancias luego de conquistar dos victorias políticas sobre Lula en los últimos días. El domingo 1 de octubre Alckmin impidió que el mandatario fuera reelecto en primera vuelta forzando el ballottage y una semana más tarde lo derrotó ante millones de televidentes cuando lo responsabilizó por el caso de espionaje político conocido como “dossiergate”.
Desde la mañana, en un programa de radio, hasta la tarde en una visita a Ciudad Tiradentes, un barrio marginal paulista, Alckmin desmintió estar decepcionado por los números de Datafolha. “No hay caída (en las encuestas), es sólo una pequeña oscilación. La campaña comienza mañana”, declaró. Este jueves se inicia la propaganda televisiva diaria.
La noticia dando a Lula 11 puntos de ventaja había sido anticipada el lunes por la coordinadora de la campaña del Partido de los Trabajadores, Marta Suplicy, durante el primer acto proselitista celebrado en San Pablo tras los comicios. “Crecimos cuatro puntos”, bramó la ex alcaldesa petista ante unas 3000 personas en el club de Regatas Tieté. En rigor Lula creció un punto (oscilación dentro del margen de error de dos) y Alckmin retrocedió tres. El anunció de Suplicy logró templar a la concurrencia que, aunque numerosa, mostraba señales de frustración. “Fue una lástima, estamos bien tristes porque no se ganó, pero no perdemos las esperanzas de que Lula resucite en el ballottage” del 29 de octubre, comentó a este diario un miembro de la comunidad Candomblé, Babá Delton Oxosé. “Con las religiones de origen afro Lula ha sido un hombre tolerante, con él nos sentimos amados, no conozco al señor Alckmin, pero mucha gente dice que es del Opus Dei”, completó Oxosé, bajo la mirada silenciosa de uno de los líderes de esa colectividad, el pai Opa Obaluaie. También había campesinos sin tierra, uno de cuyos voceros, Joao Paulo Rodrigues, subió al estrado para manifestar su respaldo a Lula.
En el palco Lula demostró cuán amplio es el arco de alianzas armado para esta segunda ronda. Además de los sin tierra y el Partido Comunista, estaba el ex ministro de Economía de la dictadura, Delfim Neto, que definió su apoyo como una forma de resistencia al neoliberalismo encarnado, dijo, en la candidatura de Alckmin. Ayer el mayor productor de soja brasileño y gobernador de Mato Grosso, Blairo Maggi, también se sumó al presidente, pese a que su partido integra la coalición opositora.
Ante sus simpatizantes, Lula elogió a Delfim Neto, sin olvidar las diferencias de otrora, recomendó no fiarse demasiado en las encuestas, y los alentó a “salir a las calles” para conquistar el favor de los electores “cuerpo a cuerpo”.
Los petistas sospechan que en las tres semanas que restan hasta el 29 de octubre surgirán nuevas sorpresas, como en su momento lo fue el “dossiergate”, una trama que actualmente es investigada por la policía federal. La semana próxima el presidente licenciado del PT, Ricardo Berzoini, será indagado sobre su vinculación en el referido intento de compra de documentos que comprometerían al gobierno socialdemócrata del ex presidente Fernando Henrique Cardoso. Si se le probara algún grado de complicidad en el “dossiergate”, Lula estaría nuevamente en problemas, como ya lo estuvo en el último año en varias ocasiones. Hasta ahora de todas consiguió salir con vida.
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