Domingo, 11 de marzo de 2007 | Hoy
DEPORTES › BOCA DERROTO 3-1 A ESTUDIANTES CON TRES TANTOS DE SU INCREIBLE GOLEADOR
El delantero tuvo otra noche mágica para derrotar a su ex equipo. Los hinchas, que lo habían aplaudido, luego lo silbaron.
Martín Palermo sigue escribiendo capítulos increíbles en su vida de película. Luego de su pelea con Juan Sebastián Verón en la final que Estudiantes le ganó a Boca, el goleador volvía a jugar ante su ex equipo. Y lo hizo con una actuación inolvidable, con tres goles, que no gritó, para que Boca despejara los fantasmas de la caída ante San Lorenzo con un triunfo 3-1 ante el campeón del Apertura. Semejante tarea motivó la reacción de los hinchas de Estudiantes: los mismos que lo habían aplaudido antes del comienzo del juego terminaron por silbar al delantero en cada una de sus acciones. Además, insultaron a Russo, también ex Pincha, por poner a Barros Schelotto con el partido definido.
Estudiantes salió muy decidido a imponer su dinámica y su ritmo de presión en la mitad de la cancha. Con el trabajo de Braña y Verón en el centro del campo, el equipo de Simeone lograba prevalecer en ese sector. Además, Sosa mostraba su categoría por la derecha y el juvenil Piatti mostraba atrevimiento y gambeta para complicar a sus marcadores. Claro que ese dominio Estudiantes no lograba hacerlo prevalecer en los últimos metros del terreno, donde Boca se defendía con solvencia. Igualmente, la chance más clara de ese pasaje la tuvo el conjunto local, con un zurdazo de Sosa que desvió al corner el arquero Caranta.
De a poco, con más participación de Riquelme, Boca empezó a emparejar el desarrollo. Sin embargo, por más que el juego tenía muy buen ritmo y acciones destacadas, le faltaban llegadas de riesgo. Y las emociones aparecieron en el final, justo con la entrada en escena de Palermo. Es que el goleador recibió un buen centro desde la izquierda de Morel y metió un cabezazo bombeado al segundo palo para batir a Andújar. Y un ratito después, una excelente maniobra de Riquelme, que amontonó defensores y metió la asistencia justa, le posibilitó al nueve anotar de zurda el segundo tanto. En un par de minutos, por la potencia de Palermo y la precisión de Riquelme, Boca empezó a liquidar el partido, cuando las diferencias en el juego no había sido tales.
Distinta fue la historia en la segunda parte. Es que a partir de la ventaja y a favor de la desesperación de Estudiantes, el conjunto de Russo empezó a manejar el trámite y a justificar la diferencia. Entre Banega y Riquelme sostenían la pelota con inteligencia y los delanteros seguían generando riesgo. Hasta que un mal despeje de la defensa de Estudiantes derivó en una pelota bombeada que Palermo transformó en gol con un zurdazo violento al primer palo. Allí se acabó el encuentro, más allá del descuento de Calderón tras un rebote que dio Caranta.
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