Desde Villa Carlos Paz

A lo largo de los 159,16 kilómetros de la etapa de ayer, la segunda del Rally de la Argentina que organiza el ACA en las sierras de Córdoba, el campeón mundial Sébastien Loeb le sacó apenas 19 segundos y dos décimas de ventaja al subcampeón mundial Marcus Grönholm, corriendo a poco más de 95 km/h de promedio envuelto en la niebla matinal y por caminos resbaladizos y traicioneros durante toda la jornada. Si la diferencia no llama la atención, conviene ponerla en otros términos: en cada kilómetro el francés era 120 milésimas de segundo más rápido que el finlandés o, para mayor claridad, le sacaba 3,80 metros de distancia. Menos que el largo de sus autos. Por eso la última etapa del rally, hoy en las Altas Cumbres de Traslasierra, promete una definición atractiva. Fue sensacional la actuación del cordobés Federico Villagra, el mejor argentino colocado en la competencia, que está ganando el Grupo N de Producción; la tristeza resultó el accidente que le costó la vida a una espectadora (ver aparte).

Campeón y subcampeón mundial son dos de los tres mejores pilotos de rally del mundo. El tercero, el noruego Petter Solberg, rompió el motor de su Subaru unos pocos kilómetros antes de arribar, cuando viajaba a 40 segundos de la punta. Con el tercero de la clasificación general, el finés Mikko Hirvonen, a más de un minuto, entre Loeb y Grönholm, entonces, se decidirá la victoria. “La diferencia no es tranquilizadora –asegura el francés–. Voy a salir a andar fuerte para ver qué pasa.”. Su rival parece menos confiado: “No puedo ir más rápido –se sinceró Grönholm–. Voy al ciento por ciento y no puedo alcanzarlo”. Quedan 85 km de carrera, de piso duro y escenografía lunar, a casi 2000 metros de altura.

Fue un día de contrastes para los argentinos. La carrera de Luis Pérez Companc duró apenas 3700 metros, hasta pegarle a un puente y romper la suspensión. “Es una pena, pero el auto está para continuar”. Hoy se reengancha aunque último en su clase. Su coequiper Juan Pablo Raies sufrió con amortiguadores y gomas rotas, anduvo muy lento, y quedó 13º en la general.

El protagonismo de los locales se expresó en el Grupo de Producción. Entre Villagra, Gabriel Pozzo y Marcos Ligato ganaron 8 de los 9 especiales de la etapa. Pero la suerte cambiante y algunos errores impidieron el éxito total.

Villagra alcanzó la punta en La Cumbre con un manejo implacable: con la competencia acortada por los problemas del arranque, el campeón argentino entendió que debía acelerar en lugar de esperar. Perdió la vanguardia en Villa del Dique (“por esquivar una piedra agarré la cuneta y rompí una goma delantera, perdí 40 segundos”) y la recuperó en la llegada, ganándole al japonés Toshihiro Arai por apenas 2s6. Además, está noveno en la clasificación general, a once minutos y medio de Loeb.

Pozzo, el único argentino que corre todo el campeonato del mundo, vivió un episodio increíble: el Mitsubishi del Tango Rally Team se paró al cruzar el vado de Villa Giardino. ¡Lo mismo que le sucedió el año pasado en el mismo lugar! Allí perdió cerca de tres minutos y cayó al 20º lugar. “Pasé despacio pero igual le entró agua al filtro de aire. Lo saqué pero tardó en arrancar –le explicó a Página/12–. Después hubo que cambiar los planes y atacar.” Pozzo ganó los últimos tres especiales y quedó cuarto, a casi dos minutos de Villagra. Será muy difícil que hoy alcance el podio.

Peor la pasó su coequiper Marcos Ligato. El amigo de David Nalbandian rompió primero una goma en Ascochinga y luego de ganar dos especiales lo traicionó un semieje en Amboy. Cayó al séptimo lugar. ¿Sus planes para hoy? “Habrá que esperar al año que viene”, repuso.