Domingo, 21 de octubre de 2007 | Hoy
DEPORTES › EL EQUIPO DE LA VOLPE VENCIO 2-0 EN ROSARIO
Los de Liniers se impusieron por primera vez fuera de casa con goles de Lima y Ríos. Expulsaron al Kily, a Arzuaga y a Méndez.
En un partido caliente y emotivo hasta el final, Vélez le ganó 2-0 a Central, en Rosario. Lima, con un golazo de tiro libre, abrió la cuenta en el primer tiempo y Ríos en el final, cuando los rosarinos buscaban el empate con nueve hombres, liquidó el partido.
Fue un espejo de lo que los dos equipos están dando en este torneo. Reflejó la tibieza de Vélez, que en este momento piensa más en que se termine rápido el certamen y se ilusiona en volver a tener a Carlos Bianchi sentado en el banco. El equipo que todavía comanda La Volpe no presenta una línea clara de juego: a veces juega con dos delanteros fijos, otras con una línea de tres en el fondo; Zapata, que pasa del medio al costado, o Pellerano, que rota en cada sector de la defensa. Así está Vélez, tan irregular como el campeonato.
Lo de Central es más preocupante. Como viene ocurriendo en los últimos años, es un equipo que une a jóvenes nacidos en la cantera del club –Costa, Borzani, Díaz– con algunos referentes –Azconzábal, Papa, González– que no atraviesan un buen presente. Durante varios tramos del partido, especialmente cuando tiene la pelota Damián Díaz, demuestra que juega bien, que la premisa de tocar por abajo la puede cumplir, pero cuando eso no repercute en la red, los jugadores y los hinchas se desesperan, recuerdan la tabla de los promedios y empiezan a cortar camino mediante pelotazos.
Hasta el golazo de tiro libre del uruguayo Lima, todo lo que pasaba en el partido eran choques, golpes y agarrones. En la mayoría con el mismo protagonista, el Kily González, quien debió jugar con unos lentes para proteger su vista tras un fuerte golpe en el encuentro ante River. A los 37, un minuto después del gol, llegó la expulsión de Méndez. Casi por decantación, alguno de los veintidós jugadores iba a dejar la cancha y le tocó al mexicano, quien le metió un manotazo a Costa y vio la roja.
En el segundo tiempo aumentó el nerviosismo de los hinchas y el de los jugadores rosarinos, que siguieron protestando y luchando más de lo que jugaban. En dos minutos, González y Arzuaga dejaron a Central con nueve. Así y todo, Central intentó la heroica, fue a matar o morir, y en la última jugada, con todo el equipo en ataque, lo terminó pagando con el tanto de Ríos, tras un error de Alvarez.
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