Boca Crece, el sello comercial disuelto que tenía a su cargo el control del merchandising, ahora denominado Boca Productos, declaró ingresos en el balance aprobado el viernes último por 173.000 pesos. El mercado del fútbol que precipita sentimientos tan pasionales ha vomitado mercancías con la etiqueta azul y amarilla a razón de casi 1000 artículos, desde peluches a un automóvil Porsche temático valuado en 130 mil dólares. Esto significa que Boca Juniors, una de las marcas con más penetración en América, habría vendido a razón de 173 pesos en promedio cada una de sus mercaderías. El cálculo no es antojadizo. Se desprende de los números del balance, por ejemplo que los gastos del departamento de marketing ascendieron de 144.000 pesos a 1.113.320, en el tiempo que medió de Boca Crece a Boca Productos. La compañía tuvo que liquidarse después de un fallo de la Sala A de la Cámara de Apelaciones en lo Civil, firmado el 27 de junio de 2006 que, en sus aspectos fundamentales, había sentenciado: que Boca Crece no respetaba la pluralidad de socios que exigen las normas de asociaciones civiles o entidades comerciales (puso en duda que la Mutual de Ex Futbolistas hubiera adquirido voluntariamente su 1%) y hasta advirtió sobre que las asociaciones (y Boca lo es) como las fundaciones no son un vehículo para la realización de actos de comercio, con un claro objetivo de lucro, pero disimulado bajo la apariencia de una entidad de bien público.