ECONOMíA › REPORTAJE AL MINISTRO AMADO BOUDOU

“Apostamos a que prime la racionalidad”

Reafirmó la decisión de usar las reservas para el pago de la deuda. “Trabarlo no le hace mal al Gobierno sino a la población.”

 Por Roberto Navarro

El gobierno nacional enfrenta la oposición del Congreso y de una parte de la Justicia a su estrategia de “desendeudamiento”. Amado Boudou, ministro de Economía, en una entrevista exclusiva con Página/12, señaló que el objetivo sigue vigente y en los pasos previstos. Anticipó que esta semana se lograría la aprobación de la SEC, el comité supervisor de valores de Wall Street. El uso de las reservas para el pago de la deuda y de los fondos de la Anses para apuntalar la inversión privada, explicado por el titular del Palacio de Hacienda.

–La Presidenta de la Nación aseguró que, aunque la Justicia falle en contra, igual pagarán deuda pública con reservas. ¿Están trabajando en una estrategia técnica para cumplir con ese objetivo?

–Nosotros apostamos a que prime la racionalidad, y por lo tanto estamos diseñando permanentemente estrategias para que se puedan implementar las acciones correctas. La Presidenta dio una definición política muy fuerte y nosotros somos el brazo ejecutor de esa política. Estamos elaborando las herramientas necesarias para seguir adelante con los pagos bajo cualquier circunstancia.

–¿Es imprescindible utilizar esos 4200 millones de dólares de reservas?

–Es una medida que tiene que ver con la máxima racionalidad y con la mejor utilización de recursos. Nosotros siempre estamos generando alternativas que permitan que nuestro país siga un derrotero que empezó en 2003 y que aún hoy continúa: primero, salir del infierno; luego, iniciar un sendero de crecimiento con inclusión social y, finalmente, superar una crisis económica internacional como no había ocurrido con ningún otro modelo económico en la Argentina. Ahora hay que retomar la etapa de crecimiento pleno. Por eso es una alternativa importante, de gran impacto positivo en la economía, porque permite la asignación de recursos escasos como son los financieros.

–¿Hay otras opciones?

–El presupuesto argentino que se votó para 2010 tiene una brecha después del superávit primario, esto es, una brecha para cancelar deuda, de 105 mil millones de pesos. Uno puede trabajar intra-sector público, con soluciones intra-Estado –a través de la Anses y el Banco Nación– o podría hacerlo en los mercados. O generando nuevas alternativas, como es esta del Fondo de Desendeudamiento Argentino. Estamos seguros de que hoy esta es la mejor herramienta.

–¿A qué se van a destinar los fondos de los entes descentralizados si no van al pago de deuda?

–Podemos usarlos para dinamizar la economía privada. La Anses ha cumplido un rol muy importante a partir de la recuperación de los fondos de los trabajadores argentinos y ha sido permanente el trabajo de reasignación desde el sistema financiero a la economía real. Desde luego que no se lo hace en un día, porque la cantidad de fondos es muy importante. Pero Diego Bossio, el titular de la Anses, viene trabajando muy fuerte en esto. Por ejemplo, en la inversión de General Motors, que maduró en menos de un año. O el redireccionamiento de plazos fijos a un objetivo que favorezca a las pymes, ya sea para capital de trabajo o para otros destinos.

–¿En qué medida esta discusión sobre el DNU dificulta la evolución del canje?

–En términos operativos no lo perjudica, porque nosotros seguimos reuniéndonos a diario con inversores, con organizadores, con funcionarios de la SEC en Estados Unidos (Security Exchange Commission, órgano supervisor de valores de Wall Street), con financistas de Italia y Luxemburgo. Lo que sí es cierto es que le quitan un apalancamiento importante, porque cuando suben los títulos de la deuda argentina que están en el mercado secundario, esto sin duda incentiva una mayor participación en el canje. Por eso creo que toda esta ofensiva sobre alternativas para que Argentina pueda quitar riesgo y dar certidumbre de pago de la forma más eficiente y seguir resolviendo las dificultades heredadas del default, no le hacen mal al Gobierno sino a la población.

–¿Cuándo saldría el canje?

–Creemos que la semana próxima podemos estar terminando el trámite con la SEC. Después hay que escribir la nueva oferta y nosotros ya tenemos asegurada una operación por 10 mil millones de dólares que sale de inmediato.

–A partir del canje, ¿a Argentina le va a bajar la tasa de interés en los mercados?

–Sin duda, porque Argentina con este canje va a cerrar un capítulo nefasto de su historia económica, como fue aplaudir con bombos y platillos la cesación de pagos. Nadie duda de que ante un problema haya que acometerlo y buscarle una solución, pero esta podría haberse resuelto discutiendo y hablando con los acreedores.

–Entonces, a mediados de año la tasa de interés en Argentina tiene que estar en un dígito.

–Yo creo que antes, muy cerca del canje.

–¿Y por qué son tan importantes los 4 mil doscientos millones de dólares de reservas?

–Lo que nosotros queremos es desendeudarnos. La política del Gobierno desde 2003 a la fecha es el desendeudamiento. Uno no aspira a cancelar todo el capital que se vence, sino que se vaya achicando la deuda. En el año 2003 la relación deuda-PBI era del 147 por ciento, hoy es menos del 50 por ciento y mucho menos si quitamos la porción (de títulos) que tiene el sistema de seguridad social.

–Usted planteó públicamente un camino que, a partir del canje, llevaba a la apertura de los mercados. ¿Este plan sigue en pie?

–Sí, en los términos de lo que es el mercado financiero en nuestra visión desde la Argentina. La verdad es que a nosotros no nos satisfacen planteos del FMI con respecto a España, Grecia, Portugal e Irlanda ni pensar que los países tienen que ajustarse para solucionar los problemas generados por el sistema financiero. A nosotros nos gusta la visión del G-20, que brega por la regulación del sistema financiero para que no se generen más burbujas. En definitiva, estas cuestiones siempre las pagan los mismos.

–¿El tipo de salida que tuvo la crisis internacional no lo satisface?

–A nuestro entender, la estrategia de los Estados Unidos para salir de la crisis es renga: dio un salvataje a los bancos –que es muy importante para evitar lo que pasó en la crisis del ’30, que al no tener un sistema financiero hizo muy prolongado el proceso de salida de la crisis–, pero no hay que perder de vista que el motor de la economía es el consumo. Si uno tiene bancos sanos, pero pierde puestos de empleo, mercado interno y consumo, esa economía pierde expectativas y por lo tanto termina perdiendo inversión. Si uno mira el caso de España, por ejemplo, ve que tiene el banco privado más importante de toda Europa y lo tiene sanito; sin embargo, tiene una tasa de desempleo inaceptable para cualquier país. Ahí se ve claramente que a estos países les faltó una estrategia desde el punto de vista de los ingresos de la población y del sostén del nivel de empleo. En definitiva, de un capitalismo con consumidores.

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Imagen: Martín Acosta
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